El ex doble campeón del mundo Óscar Valdez reconoció que este 2023 es el más importante de su trayectoria por los grandes desafíos en puerta.

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El primero de ellos, la revancha que le concederá el 20 de mayo a Adam López, rival que lo mandó a la lona cuando se enfrentaron en noviembre de 2019 y, de salir con la mano en alto, el siguiente reto sería volver a ser campeón del mundo, pues sería su boleto para enfrentar al campeón superpluma de la Organización Mundial de Boxeo, Emanuel Navarrete, el 12 de agosto.

En conferencia vía zoom desde su campamento en Guadalajara, el sonorense apuntó que física y mentalmente se siente a tope para subir al ring el mes entrante en la Arena Garden del MGM Grand de Las Vegas, dentro de los pleitos de respaldo de la cartelera encabezada por Devin Haney –campeón indiscutido de peso ligero- y el ucraniano Vasyl Lomachenko.

“Es el año más importante de mi carrera, estoy en una etapa de mucha madurez, quiero volver a retomar lo que es mío, extraño ser campeón, por eso entreno todos los días, así lo estoy tomando, con mucha seriedad. Este año quiero ser campeón del mundo, estamos trabajando para lograrlo”, expresó el dos veces peleador olímpico por México.

Recordó que su rival en turno lo mandó a en los primeros asaltos de la contienda que sostuvieron el 30 de noviembre de 2019.

“Mi rival, muchos lo pueden tomar a la ligera, pero es un boxeador que me mandó a la lona en los primeros asaltos, me descuidé y me conectó un upper de izquierda; no nos podemos confiar. Mucha gente quiere ver la pelea contra el Vaquero, pero para que eso pase tengo que ganar la pelea contra Adam López, el primer objetivo es ganar este combate y después ir por el título del mundo”, recalcó Valdez, quien agregó: “sobre la fecha de enfrentar al Vaquero no lo sé, pero si me dicen que sería el 12 de agosto, adelante, no diremos que no”.

El ex campeón pluma WBO y superpluma WBC viene de perder en su más reciente duelo ante el estadounidense Shakur Stevenson, afirmando que ahora tiene más hambre de título después de superar un problema en las costillas al caerse de las escaleras y resentirse después en el entrenamiento.

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“Cuando perdí contra Shakur se me vino el mundo encima, había sido campeón desde 2016. Después tuve un problema al caer de las escaleras y me pegué en las costillas; en la preparación me pegaron un gancho al hígado y me volvieron a lastimar, sentía que se me caía el mundo, no se me daban las cosas, pero ahora me siento bien física y mentalmente para regresar”, enfatizó.