El sueño de Marely Flores era contribuir al desarrollo del futbol femenil a nivel mundial. Estudió mercadotecnia y al mismo tiempo una licenciatura en piano, posteriormente su pasión por el futbol la llevó a cursar una maestría en gestión deportiva internacional, pero también quería ser jugadora profesional.

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Marely tuvo su primer contacto con un equipo formal de futbol en la preparatoria: “antes no había estructuras de clubes a nivel nacional como ahora. En el Tec de Monterrey tenían un equipo femenil y vi que era una oportunidad, estuve también en la selección estatal y jugamos la Copa Telmex.

“Cuando tenía 16 años quería jugar algún día en la Selección, pero eso implicaba trasladarme a la Ciudad de México, a buscar una oportunidad con Leonardo Cuéllar que era el entrenador en ese momento, y estaba por empezar la carrera de mercadotecnia y preferí terminar también la licenciatura en piano, que ya la tenía avanzada, combinar tres cosas era imposible”. Tampoco había una liga profesional como existe en la actualidad, por ello, renunció a la carrera de futbolista y optó por inclinarse por su otra pasión.

La decisión que tomó fue la acertada y es que, después de mucho esfuerzo y dedicación, no sólo se graduó, también buscó la oportunidad de trabajar en el extranjero y, actualmente, labora en la FIFA como Senior Tournaments Manager.

“Después de graduarme, busqué un posgrado en el extranjero y seguí un camino de varias paradas en diferentes federaciones deportivas, llegué a trabajar en el futbol en la UEFA y desde el 2016 en la FIFA.

“Mi responsabilidad principal es la inspección de estadios para diferentes mundiales ya que no sólo existe el mundial de hombres, sino también el de mujeres, así como de las categorías juveniles Sub 17 y Sub 20, futbol de playa, futbol de sala. Le damos seguimiento a la preparación de inmuebles y de centros de entrenamiento para los equipos que llegan a competir”.

Conseguir un puesto en un organismo deportivo de Europa no ha sido sencillo. “Quería entrar a la industria deportiva pero no fue fácil. La maestría que también estudié me dio una plataforma para conocer más a fondo la industria deportiva; el hecho de no pertenecer a la comunidad europea fue un obstáculo al solicitar trabajo en diferentes países, en diferentes organizaciones; en algunos lugares fueron un poco más flexible, me entrevistaron y ellos mismos me tramitaron la visa para trabajar en Europa y desde entonces, ha sido un trabajo de aprovechar las oportunidades, de buscar los nichos donde me gusta desarrollarme y así he podido organizar competencias de diferentes deportes”.

Si bien es cierto su sueño de ser futbolista profesional se desvaneció, cumplió otro como la organización de eventos deportivos “en concreto mundiales de futbol y he estado disfrutando la experiencia y también se me ha dado la oportunidad de ser directora del mundial femenil Sub 20 que se realizó en Costa Rica el año pasado, eso fue un parteaguas para mi carrera”.

Además de su preparación académica, también fue clave que sea políglota ya que domina siete idiomas “lo que también me abrió las puertas para ser tomada en cuenta en otros proyectos.

“Estoy satisfecha con el trabajo que hago, me gusta mucho ser líder de proyectos y poder seguir coordinando la gestión de los estadios, preparaciones, zonas de expertos para que salga lo mejor posible y, desde mi trinchera, colaborar para que el futbol femenil crezca”, sentenció.

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