Aunque en lo colectivo los 49ers superaron las expectativas al llegar al juego de campeonato de la NFC, en el apartado de lesiones vivieron un verdadero calvario, sobre todo en la posición de mariscal de campo. San Francisco se quedó sin quarterbacks para el partido más importante del año, a consecuencia de una campaña en la que perdieron a Trey Lance, Jimmy Garoppolo, Brock Purdy y Josh Johnson.

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El equipo gambusino comenzó la temporada 2022 con Trey Lance en los controles. La tercera selección del draft del 2021 estaba llamado a ser el quarterback titular durante toda la campaña, sin embargo, una fractura de tobillo en la semana 2 lo dejó fuera el resto de la temporada. El joven quarterback se fue, sin victorias, sin touchdowns y con una intercepción.

Con Lance fuera, Jimmy Garoppolo, quien ya no contaba para Shanahan, tuvo que salir al quite. “Jimmy G” se vio bien bajo su mando el equipo encontró un buen ritmo, al cosechar siete victorias por tres derrotas. La mala suerte llegó en la semana 13, con una lesión de tobillo ante los Dolphins que no le permitió regresar en toda la campaña.

Ahí apareció el novato Brock Purdy, como un salvador. Con él como titular, el equipo ganó siete partidos, incluídos dos de playoffs, además de aquel ante los Dolphins en el que entró de relevo, hasta que una lesión en el codo en el primer cuarto frente a los Eagles le impidió competir en el juego de campeonato.

Josh Johnson, mariscal de campo suplente que llegó tras la lesión de Garoppolo, tomó las riendas, pero jugadas más tarde sufrió una conmoción que lo dejó fuera del partido. Los 49ers terminaron el encuentro con un Purdy notablemente limitado, sin poder lanzar el ovoide. Toda una condena.

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