Con todo y Josh Allen, los Vikings salieron victoriosos del Highmark Stadium en un choque que se definió en el tiempo extra.

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Minnesota despejó todas las dudas con las que llegó a la Semana 10, pese a su seguidilla de triunfos, y derrotó en condición de visitante (33-30) a los Buffalo Bills. Ahora ya son siete los partidos que acumula sin conocer la derrota.

Fue la defensiva de los Vikings la que respondió a la hora de la verdad. Luego del trabajo realizado por Justin Jefferson en el costado ofensivo, donde contabilizó 10 recepciones para 193 yardas y un TD, el esquinero Patrick Peterson se quedó con una intercepción en la zona prometida mientras el tiempo expiraba en el agregado. Esta fue la segunda intercepción de Peterson en el partido.

La visita incluso desaprovechó la oportunidad de quedarse con el encuentro en el tiempo regular, pero fueron incapaces de avanzar una yarda.

Allen jugó pese a las molestias que presentó a lo largo de toda la semana en el codo derecho y apenas completó 29 de sus 43 lanzamientos para 330 yardas, una anotación y dos entregas de balón.

Con este resultado, los Bills entregan el liderato de la Conferencia Americana e incluso cayeron hasta el tercer lugar de la división Este. Por su parte, los Vikings no aflojan el paso a la espera de un tropiezo de los Eagles en la NFC.

El encuentro dejó claro que Josh Allen no estaba al 100% recuperado de la lesión en el hombro y que los Vikings sí son tan buenos como su récord (8-1) lo indica.

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