La velada de ayer fue una de las peores en la carrera del guardameta de Toluca, el brasileño Tiago Volpi, y no porque haya tenido que ver en la goliza que le propinó el Pachuca en la Ida de la Final del Apertura 2022, pero obviamente el dolor nadie se lo quita tras haber recibido cinco goles, con lo que básicamente los Tuzos tienen en el bolsillo su séptima estrella de Liga.

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Volpi, uno de los hombres más importantes de los Diablos en esta Liguilla, no pudo hacer nada para evitar el 5-1 adverso. Apenas al minuto ocho ya caían los choriceros (gol de Renato Ibarra), que no jugaban tan mal; sin embargo, la noche se convirtió en pesadilla para los locales cinco minutos más tarde, cuando Gustavo Cabral marcó el segundo de la noche.

Los Tuzos comenzaron a apretar más el acelerador y, al minuto 36, de nueva cuenta Ibarra se hizo presente para vencer a Tiago Volpi, quien ya se mostraba frustrado y desesperado por la debilidad de su defensa.

Pero la cosa no terminó ahí, pues antes de que terminara la primera mitad, Pachuca marcó el cuarto, gracias a una buena anotación de Mauricio Isais al 41’. La velada de terror para Volpi se vio rematada con el quinto gol, obra de Nicolás Ibáñez al minuto 53. Jordan Sierra acortó distancia para los mexiquenses al 78’. 

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TIAGO VOLPI FUE CONSOLADO POR SU FAMILIA

Tiago Volpi, hombre creyente y de mucha fe, llegó a la zona de vestidores tras el rotundo marcador adverso y recibió una visita más que especial, ya que su familia lo esperaba para darle ánimos. Su pequeña hija fue la primera en abrazarlo al tiempo que se secaba las lágrimas con la mano. Volpi regresó el abrazo y le soltó una enorme sonrisa.

Volpi sabe que lo que pasó en la cancha ahí se queda y, de igual manera que con su hija, cargó a su chiquitín y lo llenó de abrazos y besos, para después fundirse en un abrazo familiar lleno de esperanza para la vuelta, a jugarse el próximo domingo en Pachuca y dónde Toluca deberá ganar por cuatro goles de diferencia para mandar al alargue, o bien, triunfar por más de cuatro tantos para levantar su décimo primera estrella.

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