Previo al Mundial de Estados Unidos 1994 y con una gran generación de hombres en la Selección Mexicana, el Estadio Azteca se vistió de gala para recibir la visita del Atlético de Madrid, justo un primero de agosto en punto de las 12 del día, en aquel entonces el horario por excelencia de los duelos del Tricolor.

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Era la pretemporada de los colchoneros, que estaban encabezados por el delantero mexicano Luis García. El partido prometía mucho y fue así casi la mayor parte del tiempo, demasiado aguerrido y con los jugadores sin guardarse nada.

García jugó todo el partido con el Atlético, aunque se pensó que jugaría un tiempo con cada escuadra. Luis era el capitán del cuadro español, mientras que Ignacio Ambriz lo era del Tricolor.

México iba ganando el compromiso con tanto de Benjamín Galindo, quien aprovechó un centro de Luis Miguel Salvador para conectar controlar dentro del área y en segunda instancia sacar un zurdazo que metió al ángulo superior izquierdo de Diego.

El compromiso se fue calentando poco a poco y las entradas comenzaron a ser duras, hasta que la bomba explotó en el primer tiempo, cuando el balón era conducido por el polaco Roman Kosecki, quien se pegó a la banda antes de cruzar la mitad de la cancha, se quitó una primera barrida; sin embargo, el defensa mexicano, Juan de Dios Ramírez Perales se le tiró con unas tijeras y lo derribó.

El polaco se paró como resorte y se le fue con todo a Perales, lo que ocasionó una campal enorme, donde Campos salió tirando puñetazos y el entonces auxiliar técnico de México, Javier Aguirre, también le entró a los golpes y recetó varias patadas a diestra y siniestra. Luis García se dedicó a separar a sus compañeros pero fue inútil; la gresca continuó y hasta la policía intervino.

Tras la trifulca, Jorge Campos y Perales fueron expulsados por México, mientras que por los colchoneros se fueron Kosecki y Diego. Después de la penosa exhibición todo siguió con bastante normalidad y los españoles terminaron por ganar el cotejo 3-2, con dos golazos incluidos de Luis Garcías.

El resto de aquella gira del Atlético de Madrid por México terminó con una victoria española ante el Monterrey y dos descalabros, ante Veracruz y Cruz Azul, respectivamente. 

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EL PROBLEMA ENTRE MÉXICO Y EL ATLÉTICO SE ARREGLÓ EN EL BAR-BAR

Bien dicen que todo lo que pasa en la cancha se queda ahí y, para muestra de ello, se supo que al final del encuentro, todos los jugadores de aquel partido entre México y el Atlético de Madrid, se fueron a festejar al hoy extinto Bar-Bar, en Insurgentes Sur. 

De hecho, Luis Gracía, en varias ocasiones, ha declarado que “Al final del día nos fuimos de reventón todos juntos y nos reíamos de lo que había pasado”.

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