JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO: REUTERS

El nadador Ihar Boki llega a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 convertido en la máxima figura de la natación. Con 13 medallas en sus vitrinas, 11 de ellas de oro, el representante de Bielorrusia buscará en su tercera justa revalidar las actuaciones de Londres 2012 y Rio 2016, donde se convirtió en una leyenda de las piscinas.

La historia de Boki en el agua comenzó en el mundo de la infancia. El hombre que ha dominado la prueba S13, es decir, aquella destinada a los nadadores con alguna discapacidad visual, descubrió su amor por el deporte como muchos otros atletas que comienzan a realizar alguna actividad para distraerse. Boki era un niño, y de pronto descubrió que el agua le proporcionaba cierta tranquilidad.

“Tenía problemas de visión desde mi infancia. Era un niño inquieto y enérgico. Mis padres preguntaban a menudo a los médicos qué se podía hacer para tranquilizarme, qué deporte elegir. Uno de los médicos me recomendó encarecidamente que sólo practicara la natación. Así que se hizo la elección”, explicó el multicampeón a la web oficial de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

Entonces la natación pronto se convirtió en una forma de vida. Boki pasó de relajarse en la alberca al vértigo de las competencias. Así llegaron sus primeros triunfos, hasta que en en los Juegos de Londres 2012, con apenas 18 años, se dio a conocer ante el mundo, al ganar seis preseas, cinco de oro y una plata. “Nunca olvidaré mi primera participación en los Juegos Paralímpicos de Londres en 2012. Fue una actuación muy exitosa y sentí un torbellino de emociones”, recuerda el nadador.

Cuatro años después, en tierras brasileñas, el representante de Bielorrusia no hizo más que confirmar su condición de dios de los mares, al colgarse siete preseas, de las cuales seis fueron doradas, un hito que hasta su aparición lucía insuperable. Para los Juegos Paralímpicos de Tokio el nadador buscará superar sus propias marcas, aunque no será sencillo, pues el camino a la justa nipona ha estado marcado por las complicaciones propias de la pandemia.

“Todos juntos hemos intentado superar esta situación con las mínimas pérdidas. Yo también tuve Covid-19, después de lo cual fue muy complicado recuperarme. He intentado hacerlo lo mejor posible para preparar las principales competiciones internacionales de la temporada actual”, explicó el nadador.

“Los principales objetivos para Tokio son mejorar mis tiempos en todas las disciplinas de natación. Pero no quiero pensar demasiado en esto. Junto con mi entrenador, seguiremos entrenando y haciendo el trabajo duro”, agregó.

Consciente de lo que representan los Juegos Paralímpicos como catalizadores sociales, Boki apela a la fuerza del espíritu para mandar un mensaje poderoso.

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“Creo que los próximos Juegos Paralímpicos demostrarán sin duda al mundo entero que todo depende de nosotros mismos, de nuestro carácter y de nuestra determinación para superar las dificultades”, dijo el multicampeón paralímpico.

PÚBLICO EN LAS GRADAS

Así como ocurrió en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los Paralímpicos tampoco contarán con el apoyo del público en las tribunas. La pandemia del Covid-19 ha recrudecido y ahora mismo es imposible abrir los recintos en la capital nipona. Esto, sin embargo, no será un pretexto para Boki, quien asegura que cada deportista tendrá las mismas condiciones.

“Todos los participantes en los Juegos ya se han acostumbrado a las circunstancias de la pandemia, que realmente los han hecho más fuertes, física y mentalmente. En mi opinión, esto no afectará en ningún sentido a las actuaciones de los atletas ni a su deseo de mostrar sus mejores habilidades al público”, finalizó.

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