MIGUEL ÁNGEL MÚJICA

FOTO: JUAN CARLOS RAYON | MEXSPORT

El nuevo carrusel de entrenadores en la Liga MX son minoría en la reclasificación. Los Vucetich, Ferretti, Ambriz, Cristante y Alamada, son apellidos que generalmente están en búsqueda de un título, es por eso que cuando los Larcamón, Pezzolano y Altamirano suenan, suelen ser desfavorecidos por el historial de los primeros.

Uno que vive su sueño es Héctor Altamirano. El entrenador de los Gallos Blancos ha mostrado lo mismo que cuando estaba en el terreno de juego: garra, coraje y mucha fortaleza mental.

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El Pity vivirá su primera experiencia dentro de una reclasificación, pero su reto más importante será ante el equipo que siempre ha considerado su casa, Santos Laguna.

Altamirano inició su carrera en aquel Cruz Azul campeón del 97. Como juvenil, Héctor jugó seis encuentros como cementero, logró marcar un gol y además, quedó inscrito en los libros de historia dentro del último título de La Máquina.

Pese a su buen actual, Altamirano no continuó como cementero. Santos Laguna se fijó en sus cualidades y de ser un incisivo volante, descubrió la posición que lo llevaría hasta la Selección Mexicana: lateral derecho.

El año 1998 significó el despegue de una carrera prolífica para el Pity. Con 23 partidos en la temporada Verano 98, lo consagraron como titular con los Guerreros.

El verde y el blanco se constituyeron como sus colores. En los siguientes campeonatos, Altamirano no dejó que nadie le peleara la banda derecha del estadio Corona. Santos vivió momentos complicados, era uno de los aspirantes al descenso, aunque sólo era cuestión de tiempo, pues con el talento que poco a poco llegó a la Laguna, Santos pasó de problemas porcentuales a ser uno de los protagonistas. De quedar en los últimos puestos, los torneos como la Prepre Libertadores o las Liguillas comenzaron a llegar. El Toluca de Cardozo y el Morelia campeón del 2000 evitaron el temprano resurgimiento de figuras como Jared Borgetti, Pony Ruiz, Christian Martínez y el propio Altamirano, quienes llegaron a la final del Verano 2000 como referentes, pero fueron completamente superados ante unos Diablos Rojos que se impusieron en la final por global de 7-1.

Santos continuó como protagonista gracias a su buena base. El premio a esa histórica plantilla Guerrera llegó en el Verano 2001. Santos quedó como segundo lugar general, sólo por debajo del América. Primero enfrentó a los Tecos y los eliminó con un global de 7-2. En semifinales, ya sin el líder general y con la ventaja de cerrar todo el resto de la fiesta grande en casa, se enfrentaron al Puebla. La Franja fue un rival de peligro y el global acabó 6-6, la mejor posición en la tabla, les dio el pase a la disputa por el título.

Pachuca fue el que le puso cara a los Guerreros. Monterrey y América quedaron en el camino de los Tuzos, que iban con una gran motivación a la ida. En el Hidalgo, Pachuca ganó por 1-2, pero la vuelta en el Corona no tuvo nada qué hacer. Altamirano, Borgetti, Ruiz y el resto de ahora leyendas laguneras, le entregaron la segunda estrella al equipo albiverde.

Tras ese título y un par de años después, el Pity comenzó su largo recorrido en la Liga MX. San Luis, Morelia, Estudiantes Tecos, Correcaminos, Veracruz, Querétaro y por último Cruz Azul Hidalgo, fueron las playeras que vistió, aunque siempre llevará tatuada y será recordado por aquellas épocas en las que dominó la liga como el mejor lateral derecho de México en el Santos Laguna de Torreón.

El balón rodó y hoy, ya como entrenador, el Pity Altamirano tendrá que derrotar al club de sus amores si quiere ver al Querétaro en la Liguilla por el título.  

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