Con la tecnología de Google Traductor

2, noviembre 2025 - 19:13

┃ Rubén Beristáin

Pablo Barrera jugó su último partido con el Querétaro / Foto: Mexsport

Fue una despedida que terminó con esperanza. Pablo Barrera jugó su último partido como profesional en La Corregidora, y marcó la diferencia. El Dinamita no solo fue homenajeado, también participó directamente en el gol del triunfo sobre Mazatlán que mantiene vivo a Querétaro en la lucha por el Play-In del Apertura 2025. El veterano se despidió a lo grande con una asistencia. 1-0, final.

Tal vez te interese: “Se han perdido muchas cosas”: Pablo Barrera explota contra las Fuerzas Básicas de Pumas

Con un triunfo obligado de cualquier equipo para seguir con vida, todos los reflectores apuntaron directamente a Pablo Barrera. Como titular y capitán del club queretano fue como el histórico futbolista disputó su último partido en el campo de La Corregidora, el mismo lugar que lo vio liderar por cuatro años la playera de los Gallos Blancos.

Lo más relevante de un partido sin demasiadas emociones ocurrió lejos del marcador, cuando desde las tribunas comenzó a escucharse el “Olé, olé, olé, Pablo, Pablo”, acompañado de una ovación. En el cielo, un dron sobrevoló el estadio con una manta que mostró el dorsal número ‘8’, símbolo de respeto. Fue un instante breve, pero que rindió homenaje a uno de los grandes referentes del futbol mexicano de los últimos tiempos.

Pablo Barrera recibió un homenaje y dio una asistencia

Después de un homenaje al medio tiempo, donde recibió un reconocimiento especial por alcanzar 151 partidos oficiales con Querétaro, el complemento tuvo una nueva muestra de su talento. Barrera, con la precisión que nunca perdió, fue determinante en el primer tanto de su equipo. Desde el costado derecho, mandó un centro medido. Alí Ávila apareció y conectó de cabeza. El Dinamita volvió a explotar, y el recinto se rindió a sus pies una vez más.

¡Ya tenemos canal de WhatsApp! Síguenos, activa la campanita y recibe las noticias deportivas

Pablo Barrera dejó vivo al Gallo con una asistencia y una tarde que quedará grabada para siempre en los pasillos de La Corregidora. Su adiós fue el impulso que necesitaba Querétaro para seguir con el sueño de fase final.