Uriel Antuna tuvo la felicidad fácil, cinco pesos eran suficientes para comprar unas papas, sacar el tazo y ponerse a jugar o ir a la calle en Gómez Palacio, juntarse con sus primos y patear el balón. El Brujo no necesitó más para ser feliz.

“Desde que tengo memoria, desde niño, siempre tuve el balón en los pies, jugaba con mis primos, con mis amigos”, contó.

Los juguetes clásicos también le llamaron la atención: “Jugábamos con el trompo, los tazos me gustaban mucho, ese tipo de cosas para niños, prácticamente era lo que yo jugaba”, dijo Uriel a la página de la Liga MX.

De todos los regalos, el balón siempre fue su predilecto: “Lo que siempre me gustó fue estar jugando futbol en la calle”, aseguró.

Hubo ocasiones que jugaba hasta “descalzo, sin nada o con tenis, lo que quería era estar jugado con mis primos, con mis amigos, el futbol era lo que a mí me apasionaba”, recalcó Antuna.

RECIBE EN TU CORREO LAS MEJORES NOTICIAS DEPORTIVAS, SUSCRÍBETE AQUÍ

Uriel de niño no tuvo un ídolo en específico “desde chico me gustó ver lo mejor de cada uno, aprender lo bueno de cada jugador”, comentó.

El Brujo, en su intervención, recalcó que el “futbol es lo que siempre me ha gustado, desde niño”, cerró el duranguense.