Su llegada a Verde Valle trajo polémica y enojo en su anterior club. El pacto de caballeros le impidió aterrizar en la Perla Tapatía años antes. El domingo, Alan Pulido cumplió lo que prometió en el día de medios.

El tamaulipeco se despapó en la final. Fue el hombre clave, aquel que le robó los reflectores a André-Pierre Gignac. ¡Alan se pulió!

La experiencia que tomó en Europa le ayudó a competir ante una zaga de cuatro Tigres. Alan no le tuvo miedo a las garras, a los rugidos ni los zarpazos. “Puligol” soportó los acosos constantes de Juninho y Hugo Ayala. El “Chaka” Rodríguez y Alberto Acosta también lo castigaron, pero eso no impidió que dejara de pelear.

Su carácter lo llevó a lo más alto. Un pase de Oswaldo Alanís fue suficiente para que Alan reviviera el primer capítulo de la final.

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Pulido no perdonó en el momento clave del encuentro. La explosión del estadio fue gracias a que volvió a vencer a Nahuel Guzmán.

#PorSiNoLoViste Alan Pulido abrió el marcador @Chivas (3) 1-0 (2) @TigresOficial #SienteTuLiga #GranFinal VUELTA #Clausura2017 #SienteTuLiga pic.twitter.com/nVrXywKRAt

— LIGA Bancomer MX (@LIGABancomerMX) 28 de mayo de 2017

Alan continuó en la pelea. Aquel chico rebelde y flacucho se convirtió en un verdadero héroe. Su momento continuó con las constantes patadas que recibió.

Guido Pizarro, Francisco Meza y Jesús Dueñas lo patearon todo el encuentro. Su espíritu no disminuyó. Como jugador leyenda se repuso de todas e incluso se sacrificó en los momentos en que Tigres presionó con todo.

El gol de Ismael Sosa hizo dudar a muchos rojiblancos. No a Alan, la convicción de levantar el título lo motivó a aplaudir y animar a los suyos.

El pitazo de Santander lo llevó hasta las lágrimas. Pegadito a Salcido volvió a levantar el título de Liga. Su familia estuvo en el campo para animarlo y mostrarle su apoyo. La vuelta al futbol mexicano de la “oveja negra felina” fue amarga para la UANL. Alan dejó de ser “Puligol” para la gente del Rebaño. ¡Nació “Pulidios”!

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