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24, febrero 2017 - 23:43

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TEXTO: Nick Amies FOTOGRAFÍA: Shamil Tanna

Muerte, adicción, demandas… A lo largo de todas las vicisitudes, de una u otra manera, Metallica ha sobrevivido más de 35 años en el implacable camino del hard rock. El fuego de juventud que abrió un camino flameante en la escena del metal por ahí de principios de los ochenta, sigue ardiendo con fuerza, a pesar de que sus cinco miembros ya superan los cincuenta. A continuación, el vocalista y guitarrista, James Hetfield, y el baterista, Lars Ulrich, trazan la evolución de Metallica desde cuando eran unos thrash punks de mirada salvaje hasta convertirse en una de las bandas más grandes del planeta.

The Red Bulletin: Celebraron su sexto álbum en el número uno el pasado noviembre, cuando su más reciente lanzamiento, Hardwired… to Self-Destruct, llegó a la cima de los listados del mundo. Después de todo el éxito que han tenido, ¿siguen emocionándose con esto?

James: Ay, viejo… ¡Por supuesto que sí! Pero ¿sabes? Es extraño y muy sorprendente. Mientras más envejecemos, se vuelve más especial obtener un álbum en primer lugar. Después de 35 años, es genial que eso pueda seguir sucediendo. ¡Es el oxígeno que necesitamos!

Lars: El simple hecho que Metallica pueda seguir lanzando discos que le interesen a la gente es algo genial. Siento que los grupos de rock están convirtiéndose en la minoría. Hay cada vez menos bandas a las que les va bien a escala global, así que ser una de esas es un privilegio.

Hardwired… fue el primer álbum que lanzan en su propio sello, Blackened Recordings. ¿Qué tan diferente fue la experiencia en comparación con otras?

James: No fue tan diferente. Lo que yo diría es que, como fue en nuestro propio sello –que sólo es nuestro propio sello en EE. UU.; seguimos con Universal en el resto del mundo–, pudimos tomarnos el tiempo para escribir sin fechas de entrega. Nadie decía: “Oigan, necesitamos tenerlo para estas fechas”.

Lars: Cuando comenzamos las negociaciones del contrato, el objetivo siempre fue ser dueños en algún momento de nuestra discografía. Cualquier separación y dinámica que te suelte las riendas es algo grandioso porque eres realmente libre de hacer lo que quieras. La diferencia principal no estuvo en la grabación, sino en lo que sucedió al día siguiente de que terminamos, puesto que ahora nosotros mismos tenemos que hacer 90% del trabajo, mientras que hace 10 o 20 años, otras personas hacían casi todo.

Son una banda que con frecuencia ha sido sincera. Si analizan su discografía, ¿hay algún periodo que les haga pensar actualmente: “Pero ¿qué demonios estábamos pensando?”.

James: Hay cosas que me gustaría cambiar en algunos discos, pero que no puedas cambiarlos les da tanta personalidad. Me parece un poco frustrante cuando las bandas regraban álbumes clásicos con las mismas canciones y reemplazan las originales. Estas grabaciones son un producto de cierto momento en nuestras vidas. De cualquier manera, …And Justice for All [1988] podría haber tenido más graves y St. Anger [2003] podría haber tenido un poco menos de esa tarola con sonido metálico, pero eso es lo que hace que esos discos sean parte de nuestra historia.

Metallica comenzó en otra época, cuando el vinil era el rey. Ahora ustedes tienen su propia planta de impresión de viniles en Alemania. ¿Por qué?

James: Crecimos con el vinil y lo amamos. Es una experiencia; un evento. Es tangible: sostienes el disco, lo sacas de su empaque, pones la aguja en el canal. Hace cerca de seis meses, estaba en L.A. visitando a algunos amigos de la preparatoria y nos sentamos a escuchar viniles… cosas como Kansas. El simple acto de pasar los discos uno por uno en las cajas, de oler el cartón, de leer las notas y escuchar ese sonido cálido… Es tan envolvente.

¿Fue una progresión natural de ser chicos con un sueño a convertirse en hombres de negocios?

Lars: Me gusta creer que seguimos siendo adultos enloquecidos que aún intentan descifrarlo todo. Cuando veo al espejo “Es bueno aprender de otros… pero en el fondo seguimos siendo rebeldes que se arriesgan. Nos gusta que la vida nos imponga desafíos y nos haga la pregunta de: ‘¿Y ahora qué hacemos con este don que tenemos?’. Las agallas, la pasión y el fuego son armas invaluables” James Hetfield no veo a un hombre de negocios, pero obviamente, cuando tienes a un grupo de gente que trabaja para ti, hay un punto en que al menos tienes que pretender madurez. Ahora tengo 53 años, pero sigo sintiéndome como aquel chico enloquecido que intenta descifrar qué ocurre en muchas ocasiones, puesto que tener a un equipo de confianza respaldándonos, con nuestra propia organización, y tan independiente como Metallica, es… eso es algo increíble que nos llena de orgullo.

No lucen como hombres de negocios, ¿no es verdad que Lars ha tenido un papel muy activo en toda esa parte desde que comenzaron?

James: Lars es el que más sabe de negocios. Él siguió a Motörhead, a Diamond Head, y aprendió de ellos y de otras bandas cómo hacían todo, por qué tomaban las decisiones que tomaban, por qué un representante es mejor que otro… Él es muy curioso cuando se trata de negocios. ¿Yo? Yo sólo… ¡no quería tener un trabajo! ¡Quería tocar música, crear y tener mi terapia y mi carrera envueltas en un solo paquete! Es bueno aprender de otros y utilizar eso en tu vida, pero en el fondo seguimos siendo rebeldes que se arriesgan. Nos gusta sentirnos desafiados por la vida y enfrentarnos a la pregunta: “¿Qué tenemos que hacer ahora con este don que tenemos?”. Las agallas, la pasión y el fuego son armas invaluables. Me cuesta trabajo imaginar a Metallica en oficinas de cristal, gritando en sus teléfonos y con las corbatas torcidas… james: No tenemos corbatas, viejo, y rara vez estamos en la oficina. Y respecto a gritar en los teléfonos, ¡tenemos gente a la que le pagamos por eso! Creo que una visión más amplia trata de quién tiene el control, quién dirige todo y quién simplemente se la está pasando bien en la banda. Lars y yo fuimos los que hicimos esta banda y teníamos una visión. Hemos estado sentados en el asiento del conductor, pero Kirk (Hammett, guitarrista principal) y Rob (Trujillo, bajista) siempre están listos para ir con nosotros adonde quiera que este recorrido nos lleve.

¿Qué tan importante es la independencia para tener una carrera exitosa?

James: Para nosotros, sí, ha sido importante, ¿pero para otras personas? No lo sé. Cuando comenzamos, que una disquera nos extendiera un contrato era algo tremendo. No creo que eso sea tan importante actualmente. El simple hecho de que puedas hacer tu propia música en tu sótano y publicarla tú mismo es maravilloso. Pero ¿qué tan lejos puedes llegar así? ¿A la larga firmas un contrato con alguien más grande? Esas son las decisiones que deben tomar. Tienen que preguntarse: “¿Qué es lo que queremos hacer?”.

Lars: Siempre nos hemos sentido ajenos. Supongo que nunca sentimos la necesidad de entrar en el juego. Lo mejor de nuestro éxito es que nos dio la oportunidad de crear nuestra propia ruta creativa. La independencia significa para nosotros que nunca hemos aceptado dinero de nadie.

James: Siempre nos ha obsesionado el control. Como artistas, siempre hemos sentido la necesidad de tener al menos un poco de control en la manera en que se presenta nuestro arte. Eso es parte de la visión artística. Cuando se abrieron las compuertas y la música estaba por todo internet completamente gratis, nos asustó

y no supimos qué pensar al respecto. Pero, obviamente, ahora es una manera grandiosa y muy conveniente de conseguir música, así que adaptarse es la única manera de sobrevivir.

¿Se arrepienten de la manera en que fueron representados durante el caso Napster, en el que se opusieron a las descargas ilegales?

James: Lo que la gente piense de nosotros, de mí, no es mi problema. Sabía que era lo correcto. Éramos un blanco fácil. Alguien ya consolidado y que está preocupado por su arte queda expuesto.

Lars: Era una pelea callejera y los otros pintaron un cuadro en el que el problema era entre Metallica y sus fanáticos, y Metallica en contra de las descargas, que no era la verdad. No se trataba de las descargas; se trataba de elección. Si yo quiero regalar mi música, ¿quién toma esa decisión? ¿Es mi elección o la de alguien más? Fue un verano extraño.

 Aquel verano extraño incluyó un episodio de South Park en el que aparecías tú, Lars, llorando en tu piscina porque no te alcanzaba para instalar una pecera gigante con barra de oro por culpa de las descargas ilegales…

Lars: Ya lo he visto. Pero soy de piel dura. Recibimos muchos golpes aquel verano; ese fue uno de esos.

Entonces ¿tú nunca has querido tener una pecera gigante con barra de oro?

James: Somos gente práctica. Invertimos nuestro dinero en un escenario o en una buena producción o en hacer una película. En lo que respecta a decadencia, no tenemos nada de eso. Nos patearíamos el trasero unos a otros. Eso no encaja en el molde de Metallica.

Ese no fue el único periodo oscuro: su filme documental de 2004, Some Kind of Monster, mostró a la banda en su peor momento. ¿Cómo mantuvieron unida a la banda en esa época?

Lars: Cuando James volvió luego de un año de alejarse (de la banda) con un nuevo conjunto de herramientas para interactuar con nosotros, no estuve seguro de cómo iba a resultar durante los primeros seis meses. No estaba seguro de poder participar en esos métodos. Todo agarró su lugar en 2005 y 2006, pero fue bastante complicado durante un rato. No estábamos seguros de qué sucedería. Y aquí estamos, hablando contigo ahora mismo. Intentar imaginar un mundo en el que Metallica se separó hace diez años creo que es una pérdida de energía.

Perdamos un poquito de energía: si se hubieran separado, ¿se imaginarían a Metallica reuniéndose hoy?

Lars: Hay muchas bandas que se reúnen por diversas razones. Hay aquellos que dicen: “Pues yo me he vuelto a unir por los 20 millones”, y yo les digo: “¡Bien!”. ¿Quién diablos soy yo para decirles que no deben hacer eso? ¡Apenas y puedo preocuparme de mis propios asuntos!

Sobre las giras mundiales, han dejado muy en claro que a partir de ahora no pasarán mucho tiempo afuera; en lugar de eso, tocarán dos semanas y luego volverán dos semanas con sus familias. ¿Se vuelve más fácil combinar la vida familiar con una carrera musical conforme envejeces?

James: Somos muy afortunados de estar donde estamos. Poder tocar dos semanas y descansar dos semanas es grandioso; no sólo para nuestro bienestar físico, mental y espiritual. No podemos salir de gira como solíamos hacerlo cuando teníamos veinte años. ¡Necesitamos hacer giras adecuadas para nuestra edad!

Este nuevo régimen también significa que tendrán un poco de tiempo libre. ¿Estás planeando hacer un poco de skateboarding, James?

James: Hace tiempo que no me subo a una patineta. Tocamos en House of Vans en Londres a finales del año pasado, y algunos miembros de la gira lo hicieron, pero esos días se acabaron para mí. Ahora tengo otras pasiones. Todos necesitamos tiempo para nosotros. Necesitas alejarte. Aún tengo a un solitario en mi interior al que le encanta alejarse, ya sea con música, cazando, yendo de excursión o incluso a acampar o lo que sea.

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