8, agosto 2025 - 6:00
Taco Dealer es una taquería 100% mexicana en Paraguay. FOTOS: LUIS GARDUÑO
ASUNCIÓN.- En Asunción, el olor a pastor y suadero guía a locales y mexicanos hasta Taco Dealer, la taquería creada por la chef paraguaya Wendy Glizt, que ha logrado replicar sabores y tradiciones de México, desde las tortillas hasta el Día de Muertos.

Para cualquier mexicano, hay un olor que no puede pasar desapercibido, ni siquiera cuando se está a miles de kilómetros de casa. No importa si es en el cono sur del continente; el aroma del pastor y del suadero se impone a los múltiples olores que se perciben en una ciudad como Asunción.
Taco Dealer: tradición mexicana en el corazón de Asunción
Justo en la esquina de la calle Dr. Toribio Pacheco, ubicado en el barrio de Villa Morra, el olor de la carne concentra multitudes. Bajo un letrero rojo que refleja el nombre del lugar: Taco Dealer, los paraguayos buscan encontrar una experiencia que hasta hace poco era desconocida en su ciudad.
La mente detrás de lo que por mucho tiempo fue considerada la primera y única taquería de Asunción es la de Wendy Glizt, una chef paraguaya que encontró en la gastronomía mexicana una pasión y luego una encomienda mayor: “Nuestra misión es que llegar a Taco Dealer o comer en Taco Dealer sea lo más parecido a comer en México. Que es hermoso, grande, lindo y rico”, cuenta, en entrevista con ESTO.
La historia detrás de la taquería radica precisamente en la forma en la que Wendy ha logrado replicar la mística de los tradicionales locales que abundan en la CDMX. Si en la capital mexicana hay más de 10 mil establecimientos, en la paraguaya apenas es posible encontrarlo, pero la experiencia es muy parecida.
El Menú de Taco Dealer tiene de todo en antojitos mexicanos
En el menú es posible encontrar tacos de pastor, suadero, campechanos, birria y carnitas, pero también hay tortas, burritos y hasta tamales y micheladas. El reto no ha sido sencillo porque Wendy tuvo que aprender a hacer hasta las tortillas y las teleras, elementos centrales de todo.
“Nuestra carta tiene un poquito de todo, una representación de mis viajes. Tengo una relación de ida y vuelta con México. Yo fui a México a trabajar, fui a Yucatán, a la parte hotelera, a intentar trabajar. Yo soy chef, soy hotelera. No funcionó tanto; me regresé y México vino a mí. Yo creo que esa es la versión mejor contada de la historia. Y vino a mí y me trajo sus ingredientes y me trajo su sabor y me enseñaron a cocinar, como cocinan las doñitas, a quienes respeto un montón”, cuenta.
Muchas referencias mexicanas
En el lugar abundan referencias a México. Una alcancía del Chapulín Colorado, máscaras de luchador, papel picado que se mueve con el viento y los carteles con las mismas letras con las que se anuncian las taquerías en México, y sus formas inconfundibles. De no ser por un letrero que dice “Hacé tu pedido en la ventana” y esa tilde que viene de acá, la mexicanidad dominaría por completo el espacio.
“Mi función como chef es tratar de replicar los sabores de todo lo que yo voy y pruebo y huelo y como, y escucho la música y veo las luces y me fijo en la letra en los carteles y me voy a la taquería y veo que esto está sonando y qué sabor y cómo huele, lo anoto en una agenda: esto huele a esto, se parece a esto, te va a hacer acordar a esto, se hace de esta forma. Y después vengo y bajamos la línea al equipo y tratamos de pasar la experiencia al resto de los asuncenos. Porque yo creo que de eso se trata, sino que vivir la experiencia de cómo se come realmente, de cómo es la comida mexicana y cómo se come en México”.
Un puente cultural para mexicanos en Paraguay
Aunque por simple estadística la mayoría de sus comensales son paraguayos. Muchos de los casi cinco mil mexicanos que viven en Asunción se acercan de manera cotidiana. Ahí no solo encuentran comida, sino un vínculo a sus tradiciones. Cuando llega el otoño, o la primavera, en este caso, comen pan de muerto y montan ofrendas a sus difuntos. Su paladar es como una guía para Wendy, que busca en sus gestos la aprobación genuina de quien viaja mientras come.
“A huevo, tenemos muchos amigos y clientes mexicanos, personas que empezaron siendo nuestros clientes, y ahora son nuestros amigos. Siempre que yo me voy a lanzar a cocinar algo. Le digo: “Che, necesito que vengas a probar porque necesito tu lengua, a ver si la percepción mexicana está bien, está bien afinada”.
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Wendy se ríe cuando escucha la frase de que un mexicano nace donde le da la gana. Porque ya la ha escuchado antes y se identifica plenamente con ella. “Si bien yo no soy mexicana y es verdad que lo que hago es apropiación cultural. Lo lamento, no sé qué les puedo decir, así nomás pasaron las cosas. Fue amor, nos amamos, habré sido mexicana en otra vida o soy una mexicana nacida en otro lado, no sé qué te puedo decir”, cerró.