17, mayo 2025 - 21:10
Cruz Azul recibió serenata de su afición previo al duelo vs Tigres / Foto: Lesslie Arredondo
Ni la lluvia, ni el horario, ni la ansiedad previa a una semifinal de vuelta ante el clásico rival. Nada detuvo a la afición de Cruz Azul, que convirtió la noche del sábado en una auténtica fiesta frente al hotel de concentración del equipo celeste. Cánticos, banderas, tambores y un solo grito: “¡Vamos por la final!”.
El apoyo fue total. Desde muy temprano comenzaron a llegar los grupos de animación y familias completas vestidas de celeste. En medio de luces, lluvia tenue y una fuerte presencia policial, la serenata celeste tomó fuerza con cada minuto, y con cada bandera ondeada se encendía más el sueño colectivo. El de ganar esta noche a las Águilas y acercarse a la décima estrella.
El hombre que le puede dar el DOBLETE a La Máquina. 💙🚂
— Esto en Línea (@estoenlinea) May 18, 2025
Su nombre es Vicente Sánchez y es el DT que le devolvió la ilusión a todos los Celestes, el que hizo que olvidaran a Anselmi y el mismo que le ha ganado el América. 🥹🔵⚪️
📹@Ruben_Beristain pic.twitter.com/rT6bieAwDr
No fue la primera vez que la afición de La Máquina ha apoyado así, pero un día antes del partido ante América fue un ambiente distinto, con la esperanza cementera de que este 2025 sí puede ser el año para eliminar de Liguilla a su máximo rival. La comunión entre tribuna, cuerpo técnico y jugadores se ha reforzado en el proyecto de Vicente Sánchez. Eso quedó demostrado.
Vicente Sánchez pidió apoyo a la afición de Cruz Azul para eliminar al América
El momento cumbre llegó cuando los propios jugadores y cuerpo técnico salieron del hotel para agradecer el gesto de aliento. Encabezados por el técnico Vicente Sánchez, quien nunca pudo ocultar su emoción por estar presente en la serenata. Aparecieron también con gran entusiasmo Erik Lira, Ignacio Rivero, Carlos Rotondi, Ángel Sepúlveda y Gonzalo Piovi, entre otros, ondearon banderas junto al coro de la afición.
El gesto del equipo fue celebrado por los seguidores que desde horas antes se habían reunido para entregar su voz y su esperanza. El banderazo no fue solo folclor, también fue un acto de fe colectiva.
El equipo recibió el respaldo de su afición, que dejó claro que una vez más no están solos en la fiesta. En cada grito lanzado al cielo y cada cántico, vibró el mismo anhelo de volver a ver a La Máquina levantar un título de Liga. Fue una noche inolvidable todavía con un partido por jugar y el sueño celeste que no se detiene.
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