24, abril 2025 - 18:25

Cam Ward es uno de los prospectos más atractivos para dominar la NFL
Año con año, semanas antes de que se celebre el Draft de la NFL, la incógnita sobre quién será la primera selección toma rumbos inesperados. A veces el panorama es muy claro y un jugador se convierte en el gran favorito, pero otras, es hasta el mero día que se confirma el destino no solo del deportista, sino de la franquicia que apuesta por él. Para la edición del 2025, el nombre de Cam Ward era una mezcla entre ambas posibilidades; por una parte, había pocas dudas de que el quarterback de los Miami Hurricanes llegaría a los Titans, pero por otra, la opción de la sorpresa siempre se mantuvo vigente.
Finalmente, la voz del comisionado Roger Goodell dio paso a esa frase que tanto esperan los espectadores. El nombre del jugador elegido, lo impactante que resulta ser el primer seleccionado en algo y el equipo que apostó gran parte de su futuro al escogerlo a él por encima del resto. La combinación es poderosa y queda ahí para la posteridad, por si sale bien, o por si sale mal.
En una generación en la cual no abundaban los grandes nombres, o al menos no como en otros años, cuando los apellidos Burrow, Lawrence y Williams copaban los titulares desde mucho antes, Cam Ward figuraba como una de las opciones más atractivas. El Draft suele manejarse sobre una delgada línea que combina el pasado y el futuro con igual fascinación. El mariscal de campo ofrecía más certezas que posibilidades; es decir, era una apuesta más o menos segura, aunque ya se verá qué tan lejos podrá llegar.
¿QUIÉN ES CAM WARD?
Entre las múltiples particularidades del Draft está su capacidad para potenciar las cosas. Cameron Anthony Ward pasó en cuestión de minutos de ser el jugador más talentoso de la clase 2025 a uno de los nombres propios más buscados en internet. ¿Quién es ese jugador que tendrá en sus manos el destino de los Titans?.
La respuesta más próxima lo impone como un mariscal de campo de 22 años que tendrá un salario millonario y hará su debut en la NFL; sin embargo, el camino que recorrió para llegar hasta ahí habla de un jugador con cualidades importantes. Su padre jugó futbol americano y su madre ha sido entrenadora de un equipo de basquetbol en una secundaria. Aunque en un principio el joven Ward practicó baloncesto, finalmente el futbol americano fue el deporte que lo atrapó.
Con buenas cualidades para correr, Ward tuvo pocos reflectores en sus años de preparatoria; incluso no recibió ofertas para jugar en alguna universidad del denominado FBS. Ante la falta de oportunidades, el quarterback solamente encontró acomodo en Incarnate Word, una universidad privada de la FCS en San Antonio con un estadio con capacidad para 6000 personas. Entre los motivos que mantuvieron a Ward en el anonimato está el hecho de que en su etapa de preparatoria jugaba para una ofensiva que apenas lanzaba el ovoide; el quarterback lanzaba un promedio de apenas 12 pases por partido, muy poco para llamar la atención de los reclutadores de talento.
Los números de Cam Ward en la NCAA
El destino, sin embargo, le permitió salir de Incarnate Word para jugar con Washington State. Ahí, finalmente, Ward tuvo la oportunidad de mostrar su potencial y consolidarse como un quarterback capaz de lanzar por arriba de las 3,000 yardas y un promedio de 24 pases de touchdown en los dos años que estuvo con los Cougar Stats.
A pesar de que Ward tenía la intención de presentarse al Draft del 2024, los reclutadores subestimaron su potencial y consideraron que no era un quarterback de primera ronda, por lo que el mariscal decidió jugar un año más, ahora con los Miami Hurricanes, para consolidarse y cambiar los pronósticos. Ward logró su objetivo al lanzar para 4313 yardas y 39 pases de touchdown, la cifra más alta de toda la nación.
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Para este 2025, no solo era considerado un jugador de primera ronda, sino que incluso fue la primera selección. El quarterback tendrá la oportunidad de convertirse en la cara de la franquicia de Tennessee, algo que no pasaba desde que el equipo reclutó al fallecido Steve McNair en 1995, cuando eran los Oilers.