24, julio 2015 - 12:12
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LA Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y Teatro Móvil A.C. homenajean al dramaturgo Jorge Kuri, en el marco de su X aniversario luctuoso, con la obra maestra de su autoría: “La amargura del merengue”, que se presenta todos los martes, desde la semana pasada hasta el 6 de octubre, a las 20:30 horas, en el teatro SOGEM Wilberto Cantón (José María Velasco 59, col. San José Insurgentes, atrás del teatro Insurgentes).
“Las genuinas obras teatrales de Jorge Kuri (1975-2005), autoproclamado ‘Embajador de la luna’ y ‘Ombudsman de los chiflados’, son un puente con la dramaturgia contemporánea del teatro de nuestro país. Considero que Kuri es un destacado relevo generacional de la literatura dramática, ya que plantea un innovador universo particular, que en definitiva enriquece nuestra escena nacional con un puñado de obras en las que triunfa el delirio de los poetas: ‘Bizarrías de la feria’, ‘Ya chupaste faros’, ‘El escritor tiene la culpa’, ‘Las reglas de la desobediencia’, ‘La fiesta de los fantoches’, por mencionar algunas. Modificó sustancialmente la forma de organización tradicional de la escena teatral para erigir un peculiar mundo bizarro con el recurso de la alegoría y el esperpento. El genio alucinado de sus obras delirantes -y rebosadas de imaginación-, lo convirtieron en un reformador del teatro a nivel mundial con montajes muy exitosos internacionalmente como ‘De monstruos y prodigios. La historia de los castrati’”, expresó el Mtro. Francisco Turón, director y productor de “La amargura del merengue. Farsa otoñal de la angustia cósmica” (1995).
Luego resaltó el también amigo y compañero de aventuras del controversial dramaturgo: “Su trágica muerte dejó una profunda herida en la comunidad teatral que aún no ha cicatrizado; y la mejor manera de rendirle tributo a un dramaturgo es montando sus obras”.
“La amargura del merengue”, de Jorge Kuri, el nuevo espectáculo del Mtro. Francisco Turón (L”enfant terrible del teatro), tiene un cúmulo de bellas imágenes y un excepcional lenguaje poético, que nos propone un oxímoron entre el desamor y el amor. Un tema pertinente de tratar en estos momentos por los que atraviesa México. El amor es puro. El amor lo sentimos, es como una luz de una refulgente flama. El amor es una cosa esplendorosa. El amor es paciente. Amor significa no tener que decir quién eres. El amor es afable. “El amor es el jardín central donde convergen todos los caminos.
La trama es aparentemente sencilla: Un hombre sacrifica su corazón y su vida por la mujer que ama. El muchacho Fénix (Diego Lavalle), un saltimbanqui de los caminos, que sufre de agruras en la personalidad, grumos cerebrales y nostalgia por una estrella lejana, está viajando como discípulo del profesor Moncho (Bruce Chang), que es un catedrático en Patafísica, viajero extraviado allende las rutas circulares, que quiere enseñarle el mundo…