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Fecha

22, marzo 2025 - 6:00

┃ Karen Morán

Sarah comenzó a representar a México en 2018. FOTOS CORTESÍA SARAH SCHLEPER

Sarah comenzó a representar a México en 2018. FOTOS CORTESÍA SARAH SCHLEPER

“Las mexicanas nacen donde nos da la chingada gana”, dice entre risas Sarah Schleper, la esquiadora que no nació en México, pero que desde hace muchos años decidió competir bajo la bandera tricolor, y en Milán Cortina 2026, vivirá sus séptimos Juegos Olímpicos invernales, terceros como mexicana. 

La historia de Sarah es bien conocida. Primer lugar de la Copa del Mundo en 2005 con Estados Unidos, cuatro veces olímpica y un retiro de ensueño en el que llevó en los brazos a su entonces pequeño hijo Lasse, pero a pesar de haber registrado esa exitosa carrera con el país norteamericano, algo le hacía falta: cumplir el sueño de ser mexicana. 

Schleper nació y creció en Glenwood Springs, una pequeña ciudad en Colorado, Estados Unidos donde hay una comunidad importante de mexicanos, ahí la esquiadora tuvo su primer contacto con la cultura nacional y desde entonces soñaba con convertirse en mexicana, hasta que el destino se lo cumplió y la unió a Federico Gaxiola, esposo y padre de sus hijos. 

“Siempre estuve buscando un mexicano. Crecí con mexicanos, aquí en mi pueblo hay muchos mexicanos. Y quería casarme con un mexicano. Por surte encontré mi alma gemela y sí, era mexicano”, dijo la esquiadora en entrevista con ESTO. 

“Estoy muy orgullosa de ser mexicana, competir por el país de mi familia política; también mis hijos son mexicanos. Aquí estoy con mi suegra, hablamos en español todo el tiempo. Me ayuda muchísimo a mejorar mi español”, continuó. 

Pero el amor de Sarah por México va mucho más allá de su familia, pues lo que ha encontrado en nuestro país la conquistó, al grado que espera, en el momento de su retiro, poder vivir en México.

“Amo México, ¿qué es lo que me gusta? Me gusta que es muy diferente que aquí. Puedes ir a un mercado y comprar un pollito y cuidarlo. Y aquí es muy difícil encontrar esas partes de la vida que son más sencillas, pero también más conectadas a la vida. Y la comida, y la cultura es mucho más fina. Me gusta la gente. Me gusta mi familia. Mi familia es todo para mí. Y el mar, me gusta surfear. Me gusta mucho, mucho México. Y no puedo esperar que cuando dede de esquiar, que pueda vivir de regreso en México. Ahorita porque tengo que seguir la nieve por mi deporte. Pero cuando acabe voy a vivir todo el resto de mi vida en México”, confesó, al tiempo que su suegra intervino en la platica y confirmó que en efecto, Sarah es mexicana de corazón. 

“Ella nos ha enseñado más sobre México y a ser más mexicanos que nosotros que nacimos allá. La verdad, su amor por México es tan apasionado y es tan de verdad. Ella es una persona que nunca dice mentiras, de verdad, lo digo de verdad,  estar con ella es wow para nosotros. Nos ha enseñado un montón. Ella vive en Oaxaca como si nada”, mencionó la suegra. 

Y fue precisamente ese amor, combinado con su amistad con Hubertus von Hohenlohe lo que llevó a Schleper a salir del retiro y comenzar su carrera como mexicana, en la que el próximo año ya disputará sus terceros Juegos Olímpicos de invierno, séptimos en total. 

Las mexicanas nacen donde nos da la chingada gana. Tengo un amigo que ha competido mucho por México que se llama Hubertus von Hohenlohe. Es europeo, mexicano, habla muchos idiomas. Y él me empujó a competir por México porque no hay equipo mexicano. Y llevar la bandera es importante. Es importante tener todas las banderas en las Olimpiadas. Y mi esposo y mi familia me enseñaron cómo ser mexicana. Ellos también me apoyan porque quieren que representemos a México”, contó. 

A sus 46 años Sarah confeso entre risas que “se siente un poco vieja”, pero que se ha preparado toda su vida y aunque sus expectativas no están en una medalla, espera tener un buen resultado.

Yo hago mucho yoga y mucho Tai chi. Esto es para que mi cuerpo mantenga fluidez. Y esquío mucho. También soy una entrenadora. Entonces puedo entrenar con mis atletas, eso ayuda mucho. Yo puedo ayudarlos a ellos, y ellos me ayudan a mí”, dijo. 

“Y el deporte es lo mío. Me encanta esquiar e ir rápido. Vamos a ver qué puedo hacer con esto. No tengo mucha expectación en mi lugar, en dónde voy a quedar. Pero sí quiero competir en el descenso, que nunca he competido en esta disciplina”, agregó. 

Sarah Schleper consiguió el boleto olímpico en el pasado Campeonato Mundial de Ski Alpino en Saalbach, Austria y en los Juegos Olimpicos de Milano Cortina 2026 competirá en el slalom gigante, además de que en los próximos meses buscará los puntos para el supergigante. 

Schleper sabe que no parece mexicana, pero lleva a todos los mexicanos en su corazón cada que compite

Si bien el amor que siente por México es inmenso, Sarah es consciente que en ocasiones no luce como mexicana, sin embargo, cada que sale a competencia enfundada en el uniforme tricolor, espera que todos se sientan identificados con ella. 

“A veces siento como un poco como una impostora porque ya sabes, soy güera, tengo piel blanca, tengo ojos azules, y mi nombre no suena mexicano, nada mexicano. No hablo bastante bien español, mi acento es un poco raro, no sé todas las palabras. Pero también sé que un logro muy importante de mi vida era volverme mexicana”, explicó. 

Del mismo modo, la esquiadora espera crear en los mexicanos una cultura de la nieve, por lo que desde su hogar en Glenwood Springs ya siembra la semilla del deporte que la ha dado tantas alegrías.

“Aquí hay muchos mexicanos que conocen la nieve y yo tengo la oportunidad de enseñarles, para mí eso es muy importante. Esa parte de mi vida era lo más importante después de mis hijos y mi marido. No quiero ser nada más que mexicana. Entonces, cuando voy al estadio con la bandera, trato de llevar el corazón que tengo, que es mexicano, y llevar a los mexicanos conmigo. Espero que me puedan apoyar como soy”, cerró.

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Sarah Schleper sueña competir en unos Juegos Olímpicos junto a su hijo Lasse

 La escena de Sarah Schleper descendiendo con sus esquís y con sus hijo en brazos, dio la vuelta al mundo el día que se retiró del deporte. Pero cuando se convirtió en mexicana de manera oficial, una nueva oportunidad surgió para ella y ahora espera poder competir a lado de Lasse en los próximos Juegos Olímpicos. 

“Mi hijo también practica, es otro sueño que tenemos. Que en esta Olimpiada podamos competir juntos para México. Y él está tratando de lograr el primer lugar en el equipo mexicano de esquí alpino. Para que también podamos ir juntos. Hay dos chavos que pueden ir. Cada vez estamos más cerca, tal vez en enero pueda darla marca, pero ya es el mejor de México”, contó. 

En lo que llega el momento, Sarah se prepara para llegar a su séptima justa y aunque ya no es la misma que hace 20 años, la mexicana saltará a la nieve una vez más como una leona, con ese grito que le caracteriza y que ahuyenta los nervios cada que tiene que subirse a los esquís. 

“Pasa en muchas carreras que me agarran los nervios y en ocasiones no pude correr como pude. Entonces empecé con un grito como leona. Y eso quitó mis nervios.  Ya no necesito mucho. Ahorita que tengo muchísima experiencia, pero a veces hago, otras veces ya no para guardar mi energía para la carrera. Pero antes, cuando era más joven, tuve que decir, no me importa lo que piense la gente, voy a esquiar como puedo. Y ayudaba muchísimo”, cerro.