Nueva Orleans-. Los Philadelphia Eagles nunca fueron tan populares entre el resto de fans de la NFL. Pese a que el equipo y sus seguidores suelen ser catalogados como “odiosos”, este domingo todo mundo les pidió, de una vez por todas, terminar con la dictadura de los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes, Travis Kelce, Andy Reid y compañía en el Super Bowl LIX.

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Como una ola verde, los fanáticos de Eagles llegaron hasta cuatro horas antes del partido para iniciar la “invasión” en el Superdome de Nueva Orleans. Los jerseys de Jalen Hurts, AJ Brown, Saquon Barkley y Devonta Smith fueron los más utilizados, mientras que el resto, los que no le iban a uno ni a otro, lucían de algún otro equipo o inclusive lucieron su creatividad.

No faltaron aquellos que mezclaron el uniforme de los referees con el de Kansas City y también algunos dólares pegados. Esto en clara referencia a la polémica que muchos fanáticos argumentan, sobre la presunta posibilidad de que los oficiales ayudan a los recientes dueños del Vince Lombardi en la decisiones más complicadas.

Los seguidores de Eagles aplaudían y festejaban cada vez que los encontraban, mientras que los de Chiefs simplemente reían, ya sea por evitar un percance o por sentirse intimidados, pues eran minoría. Por cada persona vestida de rojo o con alguna relación a Mahomes, 10 más de verde aparecían a su alrededor, aunque la convivencia siempre fue sana. La ilusión de los de Philadelphia por levantar su segundo trofeo no les permitía enfocarse en otra cosa, que no fue la victoria.

El Chiefs vs Eagles tuvo un par de incidentes antes del inicio del partido

En las inmediaciones del Superdomo también sucedieron un par de incidentes. El primero, un hombre que se cayó por pisar unas botellas. El segundo fue un niño de 10 años que sufrió un ataque de ansiedad. Ambos no pasaron a mayores después de atenderlos rápidamente por el cuerpo de seguridad.

La cerveza, pese a costar 10 dólares cada botella, se terminó rápidamente y hasta cierto punto el staff del estadio se vio rebasado ante la demanda. Por supuesto, eran los aficionados de los Eagles quienes acabaron con varias de ellas.

Dentro del estadio, pese a que la NFL siempre pide que una mitad sea para los fans de un equipo y su contra parte para el segundo equipo y así tener una panorámica colorida en las gradas. La realidad es que la mancha verde tuvo la mayor presencia.

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Una fiesta más de la NFL llegó a Nueva Orleans por décimo primera ocasión en la historia. Así se convirtió en la sede con más Super Bowl celebrados en su historia al igual que la ciudad de Miami. Cada una con su particularidad, pero siempre mágicas y fieles a su identidad.