La deuda está saldada. El América de André Jardine ya marca una época, el aspecto internacional ya no es un pretexto para no reconocer al brasileño como el mejor entrenador en la historia del cuadro crema. El 1-1 en Columbus forzó los penaltis, pero la hazaña se forjó desde los 11 pasos.

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América mostró maestría, temple y con un Luis Ángel Malagón en plan grande, las Águilas se llevaron la Campeones Cup para demostrar que el monarca de la Liga MX es mejor que el número uno de la Major League Soccer.

El amarillo imperó en una cancha repleta de ilusión. Columbus mostró su amor por el futbol cuando los himnos nacionales se entonaron. La gente se levantó y aplaudió a dos equipos que jugaron por el orgullo.

América salió con sus precauciones ante el Columbus Crew

Jardine expuso el mal momento de sus creativos para presidir de ellos en su 11. La línea de cinco sorprendió a todos. Dagoberto, Juárez, Araujo, Chicote y Borja dieron la sensación de tranquilidad al ver a Ramírez, el Cucho Hernández y Diego Rossi en el ataque local.

Las Águilas reflejaron la idea que tuvieron. La tenencia de la pelota y los contragolpes con la velocidad de Zendejas y el Rayito Rodríguez eran prioridad. La primera la tuvo el propio 17, con un zurdazo que terminó en las manos del arquero.

Columbus no estaba cómodo. Nagbe y Zawadzki brillaron por su ausencia, mientras Rossi sacó un zapatazo que Malagón congeló en sus manos. Las emociones fueron pocas con dos planteamientos idénticos. Fue una individualidad de Hernández la que apuró al arquero crema. Juan Camilo metió un pase de tres dedos, Rossi le ganó la posición al Chicote, con la testa, le puso etiqueta de gol. El meta americanista se lanzó en una imagen que ahogó el grito de gol. El descanso llegó.

Jardine le dio continuidad a los suyos, pero vio que Columbus dejó de triangular con su gente de ataque. El brasileño sacudió del banquillo a Valdés, Aguirre y Dávila, los tres le funcionaron. La jugada siguiente conjugó a todos con Fidalgo. Entre el 10 y el 27 jalaron la marca, el español enseñó su visión y dejó solito al 11 frente a Schulte. Sin marca, cruzó al fondo de la red. ¡Gol del América!

El estadio explotó con el tanto de Dávila, mientras Jardine le exigió a Richard Sánchez apurar el calentamiento. La pelota no salió en ningún momento y el empate llegó en uno de los dolores de cabeza cremas, la pelota parada. Rossi cobró el córner, Ramírez amplió y como en una calca del final del primer tiempo, Chicote perdió la marca para que Amundsen moviera las redes.

La Campeones Cup se definió en penales

Los mediocampistas perdieron su sitio. Ambos equipos fueron verticales y regalaron emociones que los arqueros pudieron evitar. El silbatazo llegó, todo se definió desde los 11 pasos.

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Camacho marcó con tranquilidad, Valdés, con nerviosismo, igualó; Malagón se comió con la mente a Matan, pero Richard no logró darle la ventaja a los visitantes; Russell-Rowe logró vencer al meta mexicano, Aguirre lo volvió a empatar; el Cucho, pegadito al palo, superó a Mala, aunque Fidalgo no desentonó; Jones lo hizo y dejó toda la presión sobre Dávila, quien mandó todo a muerte súbita. Jackson fue el primero, Malagón, con una estirada espectacular, le dejó el título en bandeja a Juárez, Schulte se tiró para mantener en el juego a su equipo; Amundsen sacudió el larguero y ahora sí, después de siete penaltis, Araujo, uno de los más criticados, la puso en el fondo.

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No hubo más, América se llevó el Campeones Cup, un equipo de época se vive en Coapa, el título 40 llegó para los cremas.