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3, septiembre 2024 - 6:00

┃ José Ángel Rueda

Osmar Olvera logró a los 20 conseguir dos medallas en Juegos Olímpicos / Foto: Oswaldo Figueroa

Aquella tarde del 2 de agosto, en el Aquatic Centre, apenas minutos después de haber ganado la medalla de plata en el trampolín de 3m sincronizado de los Juegos Olímpicos de París 2024 junto a Juan Celaya, Osmar Olvera soltó una frase que un principio parecía producto de la emotividad y el coraje propio de la cerrada contienda: “Para mí ganamos el oro”, dijo el clavadista mexicano, aún metido en el vértigo de la competencia frente a los chinos, apresurado por irse a la conferencia de prensa. Sus palabras quedaron ahí, como una declaración de intenciones. Fue tan poca la diferencia entre ambas parejas que todo cabe en el mundo de las especulaciones, pero no para Osmar, a quien el tiempo no solo le ha quitado las dudas, sino que le ha dado una certeza de que fueron mejores que los chinos y que el oro debió ser para México.

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“Ya viendo la repetición, y sin temor a equivocarme, fuimos mejores que la pareja de China, no tuvimos errores tan graves como sí los tuvieron ellos.. Fue por eso la sensación en ese momento y también lo sigo creyendo, a lo mejor los jueces nos pudieron haber premiado un poco más esa constancia. Si bien, los primeros pasos del estribo nos veíamos disparejos, al final el clavado se veía completamente sincronizado, pero bueno, es un deporte de apreciación, y ahora tenemos cuatro años para sincronizarnos al cien por ciento”, dijo Osmar, en entrevista con ESTO.

La verdadera medalla que logró llevarse Osmar Olvera en París 2024

Y es que la pareja mexicana logró algo que pocas veces se logra, poner nerviosos a los chinos en una prueba que dominan abrumadoramente, como lo son los clavados. Fueron poco más de dos puntos lo que definió la medalla de oro en favor de China, en un final electrizante que detuvo los corazones de chinos y mexicanos, cada uno con sus respectivas razones. La posibilidad de perder el trono, y la posibilidad de ganarlo. La competencia de Osmar y Juan fue reconocida de distintas formas, desde las felicitaciones, hasta la cara de incredulidad de Long y Wang al ver lo que veían.

“Sin duda significa mucho, mucha gente después de la competencia, tanto entrenadores como atletas, se nos acercaron y nos dijeron que nosotros merecíamos el oro, y también Ma Jin nos contó que había gente en China, en las redes sociales, que decían que había ganado México, y también mismos chinos se acercaron con Ma Jin y le dijeron que habíamos sido mejores, pero bueno, es lo que es, y seguiremos trabajando para hacerlo realidad y ahora que no haya dudas, ganarles al cien por ciento en las siguientes competencias”, dijo.

Los chinos deberían de estar preocupados

La medalla de plata, junto a Celaya, es como un impulso en el trampolín. Ambos clavadistas encaran el ciclo rumbo a Los Ángeles 2028 con la conciencia plena de tener la clave para subir a los más alto del podio, sobre todo ante una justa que les presenta cuatro años de trabajo, y no solo meses, como ocurrió rumbo a París 2024.

“Es mucha ilusión y mucho entusiasmo saber que, sin con dos, tres meses hicimos temblar a los chinos, no me quiero imaginar lo que vamos a hacer en cuatro años. Deberían estar preocupados, y yo creo que lo están, y a nosotros nos llena de emoción, si ya entrenábamos mucho, ahora vamos a entrenar más”.

Ganarle a los chinos, el motor de Osmar Olvera

En la joven pero ya extensa trayectoria de Osmar Olvera, hay una idea que siempre ha fungido como su motor: ganarle a los chinos. El mexicano estuvo cerca en los sincronizados, y de alguna forma, en lo individual, logró acercarse, al subir al podio con ellos, en el tercer lugar. Por momentos, el clavadista de 20 años mantuvo sus posibilidades, pero algunos detalles en sus ejecuciones lo relegaron en la lucha por el primer lugar.

Todavía tenemos mucho por mejorar, más que nada esos dos clavados que sé que los pude haber hecho mejor, donde perdí algunos puntos, que son las tres y media vueltas atrás y las tres y media al frente con un giro, el tercer y cuarto clavado. Pulir detalles en los demás clavados para que, en vez de 8 y 8.5, ya sean 9 y 9.5, alcanzar puntuaciones más altas, es o que se va a tratar de mejorar estos cuatro años, que los clavados cada vez sean mejores, más del agrado de los jueces y tengan mejores calificaciones”, dijo el mexicano.

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Ma Jin lo ha llevado al límite

Quienes conocen a Osmar de cerca, describen un clavadista obsesionado por el trabajo y por cumplir sus objetivos. Nadie en su entorno cercano duda que eventualmente el atleta conquistará lo más alto del podio. Olvera, sin embargo, no está solo en ese sueño, la entrenadora china Ma Jin lleva décadas buscando una medalla de oro que corone su legado en los clavados mexicanos. Nunca había estado tan cerca como ahora, de la mano de un prodigio.

“Sin duda hemos creado una relación más allá de lo deportivo, lo he dicho, es como una segunda mamá para mí, siempre me quiere cuidar y estar pendiente de mí, y sin duda ella ha visto lo que puedo lograr, lo que puedo llegar a hacer, y creo que ella sabe que voy a ganar esa medalla de oro, que los dos podemos trabajar juntos y llegar a esa meta juntos, y que sin duda tarde o temprano lo vamos a lograr”, cerró.

¿Cómo trabaja Osmar Olvera con Juan Celaya?

Como si fuera el destino, la pareja entre Osmar Olvera y Juan Celaya se fraguó al calor de las prisas. Faltaban poco menos de dos meses para los Juegos Olímpicos y ambos clavadistas comenzaron a trabajar juntos bajo las órdenes de la entrenadora Ma Jin. Los resultados se dieron de inmediato en algunas Copas del Mundo, para posteriormente revalidarlo en París 2024.

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“La mentalidad que tenemos, que somos competitivos, que queremos estar siempre en los primeros lugares, y que sin duda los dos trabajamos bastante, somos muy disciplinados, la verdad es que nos encanta exigirnos cuando estamos en el entrenamiento, o él me exige, o yo lo exijo, y eso hizo que hayamos llegado a esa medalla, y que sin duda en un futuro tengamos más éxitos. Es la clave, que hicimos un match en ese sentido”, dijo Osmar.