En una historia que se replica día con día en las complejas tierras latinoamericanas, donde millones de migrantes se ven obligados a dejar sus países para escapar de las condiciones que ahí se viven, el tirador venezonalo Francisco Edilio Centeno se alejó de sus orígenes para reconstruir su vida. Aunque nunca imaginó volver a practicar su deporte, en México no sólo encontró un refugio, sino también las condiciones necesarias para retomar su pasión.

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A poco menos de tres meses para el arranque de los Juegos Olímpicos al tirador venezolano lo confirmaron como parte del equipo de refugiados. Su historia, como la de los otros integrantes, de inmediato, cautivó por su resiliencia. “Antes de verse obligado a abandonar su Venezuela natal, Edilio dirigía una academia de entrenamiento en la que entrenaba a aspirantes a tiradores olímpicos. Además de entrenar a otros, él se ejercitaba fuertemente y llegó a ser el número uno de su país”, se puede leer en la página oficial de los Juegos Olímpicos.

A pesar de llevar un tiempo alejado del deporte, gracias al apoyo del programa de Becas para Atletas Refugiados, ahora entrena junto a su hermana en México, su nuevo país de acogida. La posibilidad de volver a entrenar y competir le ha salvado la vida. Mientras reconstruye su vida en un nuevo país, su mirada está puesta firmemente en un objetivo: representar a los millones de desplazados de América Latina y del mundo en los Juegos Olímpicos de París 2024”, agrega.

Estar fuera de su país complicó la vida de Francisco Edilio Centeno

El venezolano se dijo agradecido por tener la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de París 2024. “Es para mí un honor, entendí la causa que representamos, es para mí un honor representar este conjunto de banderas, a través de este nombre de atletas refugiados de tiro deportivo”, dijo, en entrevista para la Federación Internacional de Tiro Deportivo.

El retomar la práctica de su disciplina, lejos de su país, para nada le facilitó la vida. “Es duro, ha sido un camino difícil, encontrarme con el deporte, con lo que amas, después de un tiempo fuera, no ha sido nada fácil, armar la equipación, y todos los detalles que lleva nuestro deporte, lleva mucho trabajo”.

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El sueño de ganar una medalla, a modo de agradecimiento, es firme. “A largo plazo quisiera victorias, quisiera medallas, bajo esta causa, representando a los atletas refugiados, hay que trabajar muy duro para ello, lo sé, y espero contar con el apoyo de la ISSF para que juntos podamos formar un gran equipo y podamos cosechar victorias para la causa que representamos, juntos podemos hacerlo”, dijo.