2, mayo 2024 - 18:08
Neón está listo para convertirse en una estrella del CMLL / Foto: Yael Rueda
Neón solo tenía tres años cuando conoció el mundo de la lucha libre. Máscaras, capas, llaves y lances captaron su atención cuando apenas tenía tres años, y desde entonces supo que su destino era convertirse en una estrella de la Arena México. No había margen de maniobra, no se imaginaba en ninguna otra profesión.
“Entrar y ver la cortina que divide el ring sagrado con el pórtico principal era como ir a otro mundo“, dijo.
Cuatro años más tarde Neón ya estaba convencido de comenzar su entrenamiento. La realidad es que hacer maromas y mortales ya era una constante cada que jugaba a las luchitas en la cama. El primer reto era decírselo a sus papás.
“No querían porque yo estaba muy chiquito. Con el tiempo y gracias a mi hermana llegué a entrenar aquí”, explicó.
Neón relató que su hermana lo ayudó al llamar a la oficina del Consejo Mundial de Lucha Libre para preguntar si podía entrenar a los 14 años. Sus padres firmaron una carta responsiva y ahí comenzó la carrera del gladiador.
Neón tenía que estudiar para ser luchador
Una de las condiciones que su madre le puso fue la de terminar una carrera profesional. El espectacular gladiador confesó que no era tan buen estudiante.
“No es que no me gustara, sí me aplicaba, le echaba ganas. Siempre me dijeron que tenía que estudiar para ser luchador. Empecé a entrenar cuando estaba en tercero de secundaria y en la prepa ya estaba luchando”, compartió.
“Acabé la prepa y ya, le entré de lleno a este bonito deporte. Me siento muy bien con el apoyo de mi papá y toda mi familia”, agregó.
Así fue su debut como luchador
Tras un par de años de arduo entrenamiento, Neón comenzó su carrera profesional a los 16 años bajo el nombre de Prismatic. El gladiador confesó que sus primeros momentos arriba de un ring fueron en una calle.
“Comencé, ahora sí que como empieza un luchador: en los mercaditos, las ferias, eventos de los gobiernos. Poco a poco fuimos llegando a una Arena Neza, Arena López Mateos”, destacó.
Sus primeras luchas le dieron la oportunidad de tener muchos aprendizajes en el cuadrilátero. Él solía ponerse nervioso, hoy en un monstruo como la México Catedral todavía más, pero ya sabe cómo controlar esa sensación. Además, todavía le gusta ir a esos eventos de menor renombre porque lo ayudan a mantenerse con humildad.
“A mí me recuerda cuando yo empezaba, son eventos que me regresan en el tiempo. De cero a pisar luchas estelares, la verdad me llena de mucha emoción, me veo reflejado en mis inicios”, aseveró.
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“Siempre ha sido así. A pesar de lo que me está pasando, el profe Pequeño Pierroth, el profesor Valiente me inculcaron que siempre hay que tener los pies sobre la tierra. Si escalamos dos escalones de éxito bajamos uno de humildad, siempre está la oportunidad de ayudar a un compañero, ese corazón que tienen las personas que me forjaron les agradezco y les debo que yo sea así”, sentenció.