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PARÍS 2024

2, marzo 2024 - 16:03

┃ Yael Rueda

Tadej Pogacar no tuvo rivales en esta carrera / @StradeBianche

El esloveno Tadej Pogacar (UAE Team) dio un recital y levantó los brazos en solitario en la meta de la Strade Bianche italiana, tras 5 horas y 19 minutos y una colosal escapada a 80 kilómetros del final que nadie pudo seguir y con la que recuperó el trono que ya ganó en 2022.

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A casi 3 minutos dejó el esloveno a sus perseguidores. Tom Skujins (Lidl-Trek) cruzó a 2:44 minutos de Pogacar. El belga Maxim van Gils (Lotto), a 2:47. El inglés Tom Pidcock (Ineos), a 3:50. Y al también esloveno Matej Mohoric (Bahrain), a 4:26.

Marca histórica de esta clásica. Antes de la clase magistral de Pogacar tenía en 42 segundos la máxima distancia entre el primero y el segundo.

Una nueva exhibición de un ciclista histórico que no deja de darse baños de masas allá por donde pedalea. En Italia recibió, durante los 80 km que decidió hacer en solitario, ovaciones de los aficionados al ciclismo. Este año, Pogacar se propuso agrandar su leyenda y hacer el doblete Giro de Italia-Tour de Francia.

Esta edición de la carrera de los “caminos blancos” por el color de la tierra, la número 18 desde que se creara esta clásica del circuito, terminó como la de 2022, con Pogacar coronando en la Piazza del Campo de Siena tras una nueva escapada para el recuerdo en una especie de prueba preparatoria para la Milán-San Remo del próximo 16 de marzo.

El prodigio esloveno acabó con la emoción de la carrera muy pronto. Y es que poco duró la escapada inicial que formaron el inglés Donovan (Q36.5), el neozelandés Smith (Intermarche-Wasty), el estadounidense Craddock (Jayco-AIUIa), el noruego Johannessen (Uno-X) y el suizo Brun (Tudor). El escueto grupo cabeza de carrera desapareció a falta de 100 km, engullido por el pelotón, poco antes del recital de Pogacar.

Finalizada la escapada inicial, el UAE se puso el mono de trabajo, apretó y preparó el terreno para un Pogacar que a falta de 80 km para la meta decidió sentenciar la carrera. Nadie pudo aguantarle el ritmo tras una jugada maestra.

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Una sola arrancada fue suficiente para sentenciar la carrera. Un paseo para el esloveno, que dejó al resto pegándose por el podio, por ser el mejor del resto.

Con información de EFE