Poco tiempo antes de regresarle Chivas a la asociación civil, Salvador Martínez Garza tomó la decisión de recuperar la inversión que hizo en el club para lograr el campeonato de 1997. Por ende, Ramón Ramírez, en ese entonces el jugador más laureado del Guadalajara, fue traspasado al América sin su consentimiento.

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El mediocampista nunca quiso irse de Verde Valle. En sus propias palabras, Ramón siempre sintió cariño por Chivas y no debía irse al América. Sin embargo, la decisión estaba tomada y no había marcha atrás. El zurdo sólo pasó un año con las Águilas y dijo que nunca estuvo a gusto.

“Lo mejor que me dejó el América fueron las críticas, me llovieron de todos lados. Pero es una experiencia más y con mucho respeto”, dijo Ramírez para La Tombola con Luis García y Oswaldo Sánchez. Ramón había sido pieza fundamental en las Súper Chivas de 1997 que lograron coronarse ante Toros Neza y era considerado un ídolo de la afición rojiblanca. Por lo que su venta causó el repudio de los aficionados con el presidente.

La estadía de Ramón Ramírez en América

En ese entonces, la asociación civil -dueña del equipo- le rentó la franquicia a Salvador Martínez Garza y éste último fue quien tomó estas decisiones.

“Cuando llegué al América, estaba en desacuerdo no por Ramón, sino porque un jugador de América o Chivas pasara de forma directa. Defendía la identidad del jugador y las aficiones. Tal vez hubiera querido que ese movimiento hubiera dado marcha atrás y que nunca hubiera pasado. Una vez que estaba ahí llegué con profesionalismo”.

Ramón Ramírez sólo jugó 18 partidos con el América y anotó tres goles. Después fue traspasado a los Tigres y finalmente regresó a Chivas en 2002. Le puso fin a su carrera en 2005 con Chivas USA en la MLS.

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