Formar parte del Draft de la NFL es uno de los mayores logros al que cualquier jugador universitario aspira, pues es la oportunidad que esperan para comenzar una carrera y es el inicio del camino al sueño de prácticamente cada miembro de los emparrillados, ganar el Super Bowl. 

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Ser el Pick #1 es el mayor honor que un jugador puede tener, sin embargo hay ocasiones en las que los equipos reclutan novatos para tener una segunda o tercera opción en alguna posición o bien, tener algún cambio para atender alguna emergencia. 

En muchas ocasiones, las elecciones después de la tercera ronda, terminan por ser irrelevantes y tienen un paso en la NFL sin pena ni gloria, pero hay casos especiales en los que aquellos “picks irrelevantes” cambian por completo el panorama de las franquicias.

Un caso muy claro es el de Roger Staubach, quien llegó desde la Academia Naval de los Estados Unidos a los Dallas Cowboys, siendo la elección 129 de la décima ronda en 1964, el “Capitán América” tuvo que esperar cinco años para asumir el rol titular pero cuando lo hizo, le dejó a la “Estrella Solitaria” sus dos primeros Super Bowl’s en su historia. 

LAS LESIONES LOS LLEVARON DE UN DRAFT MÁS A LA TITULARIDAD EN LA NFL

Por otra parte, está Tom Brady, el hombre récord y por muchos, considerado como el mejor jugador de todos los tiempos en la NFL, “TB12” llegó a los New England Patriots como parte del Draft del año 2000, siendo la elección 199 de la sexta ronda. Su rol en un inicio sería como suplente de Drew Bledsoe pero una lesión lo llevó a la titularidad y a partir de ahí llevó a los ‘Pats’ a formar la dinastía más dominante de todos los tiempos con seis Super Bowl’s en un 19 años. 

En la actualidad, Brock Purdy es el hombre que está llamado a ser “El nuevo Joe Montana”, pero cuando llegó a la NFL como el pick 262 de la séptima ronda del Draft de 2022, los San Francisco 49ers lo eligieron como su tercera opción pero al igual que Brady, las lesiones lo llevaron a la titularidad, pasando de ser “Mr. Irrelevant” a tener a los ‘Niners’ con la etiqueta del equipo a vencer.

Estos ejemplos demuestran la competitividad de la NFL, donde ni ser el Pick #1 te asegura ser el mejor, ni el último es señal de que fracasarás.

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