No se fue para Nuevo León. El trofeo de campeón de la Liga MX se quedó en la capital. América venció 3-0 a un Tigres alicaído en el estadio Azteca en la final de vuelta (4-1 global) y el cetro tuvo destino directo a Coapa. Esa estrella número 14, que tanto fue buscada por un lustro completo en las Águilas, finalmente llegó y sólo ha confirmado a los azulcremas como el equipo más ganador de la historia en la liga, ya dos por encima de Chivas, su más cercano perseguidor y archirrival.

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El partido tuvo que alargarse. El festejo tuvo que esperar más de lo esperado. Cuando el árbitro Adonai Escobedo pitó el final de un partido de más de 120 minutos de una lucha intensa e incansable con los mejores clubes en los últimos tiempos, los jugadores americanistas empezaron a correr por todas partes con esa emoción que sólo un título puede dar. El festejo fue inevitable. El director técnico André Jardine se abrazó con Layún y después se dirigieron al centro del campo, otros como Lichnovsky y Juárez se pusieron de rodillas y agradecieron la obtención del campeonato. Kevin Álvarez buscó por todos lados a su amigo Layún para festejar antes de su retiro. Llegó el momento en el que todos se abrazaron en un círculo, lo cual demostró esa unión inquebrantable del grupo americanista, que les dio para coronarse.

América saltó en conjunto, como ese equipo casi imbatible durante el último semestre del año.

“Campeón, campeón, sólo hay uno”, se escuchó en las gradas del Coloso de Santa Úrsula. Los futbolistas, uno a uno, fueron por su medallas de monarcas. Leonardo Suárez, Julián Quiñones, Sebastián Cáceres, Ramón Juárez, Cabecita Rodríguez, Salvador Reyes, todos con una sonrisa incomparable. Santiago Naveda incluso besó el trofeo. Los más festejados como Jonathan dos Santos, Igor Lichnovsky, Ángel Malagón y Diego Valdés se unieron a la fiesta. Miguel Layún fue el último en pasar. Fue un momento melancólico el que se vivió entre aplausos y un “olé olé Layún, Layún”, fue como uno de los emblemas americanistas de los últimos se proclamó nuevamente campeón con el club que tanto quiere y de esa forma puso fin a su carrera como profesional.

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Después llegó el momento esperado. La entrega del trofeo. El presidente de la Liga Mikel Arriola lo llevó por lo alto y se lo entregó a los jugadores americanistas. Ambos se subieron a lo más alto y lo levantaron. Como capitanes y referentes americanistas, Henry Martín y Miguel Layún pudieron festejar juntos esa estrella 14 que nunca será olvidada.