Tuvo que pasar un lustro para que los Cleveland Browns volvieran a ganar un partido en la NFL luego de haber estado abajo por más de 14 puntos, y lo hicieron en casa de uno de sus odiados rivales en la división Norte de la Conferencia Americana.

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Con todo y un mermado Deshaun Watson, los Browns derrotaron 33-31 a los Baltimore Ravens gracias a un gol de campo en la última jugada de partido del pateador Dustin Hopkins.

La sorpresa es mayúscula por la forma en que llegaba Baltimore, que además de jugar en casa, sumaban cuatro triunfos en fila y eran el equipo más en forma de toda la liga.

Apenas en el primer cuarto, los Ravens anotaron un par de touchdowns para alejarse en el marcador (17-3). Lo que parecía un partido cómodo, con Watson rengueando y presionado por la mejor defensiva de la NFL, se complicó con el pasar de los minutos.

LOS GOLES DE CAMPO FUERON CLAVE

Cleveland se acercó por medio de goles de campo, antes de firmar un último cuarto prácticamente perfecto. La defensiva de los Browns maniató e interceptó a Lamar Jackson en dos oportunidades, por lo que tuvieron la oportunidad de anotar 16 puntos en el episodio decisivo. Los últimos tres fueron el gol de campo del triunfo de Hopkins.

Lamar Jackson volvió a cometer errores costosos, al apenas completar 13 de sus 23 envíos para 223 yardas, un touchdown y esas dos intercepciones. Por su parte, Watson acabó con 213 yardas aéreas, un TD y también fue víctima de una intercepción.

Esta fue la primera victoria de Cleveland en un partido donde estuvieron abajo por más de 14 puntos desde la Semana 3 de la temporada 2018. Durante este tiempo, perdieron en 24 juegos seguidos en esta situación.

Los Browns sumaron su segundo éxito en fila y se acercan a Baltimore en la cima de su división, quedándose a una victoria de diferencia con marca de 6-3.