Con gol solitario de Oswaldo Alanís en el Nou Camp, Chivas levantó el segundo trofeo en la época de Jorge Vergara como dueño de los Rojiblancos y rompían una sequía de más de 40 años sin ganar la Copa MX.

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Cuando Matías Almeyda llegó a Chivas, su primera declaración fue: “vengo a despertar al gigante dormido”. Dicho y hecho, en menos de 10 meses, el Guadalajara ganó la Supercopa MX ante el Veracruz, en lo que fue el partido de despedida del máximo goleador, Omar Bravo.

No obstante, en la Liga MX la situación fue diferente. A Almeyda siempre se le criticó no saber jugar liguillas. El América, su máximo rival, los eliminó dos veces consecutivas en los Cuartos de Final. Si bien, Chivas tenía dos Copas en sus vitrinas, estaban lejos de pelear por el que tanto esperaba la afición.

La llegada de Alan Pulido, Rodolfo Pizarro, Orbelín Pineda, Néstor Calderón y José Juan Vázquez, apuntalaron al equipo que tenía una década más sin levantar un campeonato de liga.

La gestión de Matías Almeyda dejó cinco títulos: 2 Copas, 1 Supercopa, 1 Liga MX y 1 Concachampions. El Pelado fue el técnico más efectivo de Jorge Vergara. Pues de los seis trofeos que alzó con el Rebaño, casi todos fueron con el argentino.

Chivas peleaba el descenso por los malos torneos del 2013 y 2014, algo raro en la historia del club. Ni siquiera José Manuel de la Torre logró meter al equipo a los primeros planos.

Y, a ocho años de que se cumplió este campeonato de Copa -el primero de los cinco bajo la gestión de Matías-, se sigue recordando como la mejor época Rojiblanca en el Siglo XXI.

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