Primero fue Veracruz, posteriormente Oaxaca y la tercer parada fue la capital mexicana. Después de haber maravillado a miles de personas a lo largo de la Sierra Oaxaqueña y territorio poblano, los pilotos de la Carrera Panamericana paralizaron por unas horas a la Ciudad de México. Desde temprano miles de seguidores del automovilismo comenzaron a poblar la avenida Juárez frente al Palacio de Bellas Artes.

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Chicos, grandes, hombres y mujeres de todas las edades en mundearon una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad para esperar pacientemente a los automóviles que hasta este punto suman más de mil kilómetros de recorrido.

Los motores calientes rugieron potentemente, entrando por el Puente de la Concordia los pilotos ya eran esperados por la afición con banderas, gorras, polos y chamarras del deporte motor. Con el paso de los kilómetros hacia el arco de meta en el centro de la capital se observaron más y más fans. Los puentes peatonales estuvieron a reventar. Todos saludando a los coches con entusiasmo y emoción por ver de cerca estos modelos que pocas veces pasean por las calles.

Viaducto Río de la Piedad no falló, los vecinos salieron a las banquetas para grabar algún video. Llegado el convoy al Eje Central, ya con campo abierto la velocidad y los arrancones deleitaron a la gente. Algunas pancartas con mensajes fueron correspondidos por los competidores con un pitazo del claxon.

PATRICK DEMPSEY AGRADECIÓ EL CARIÑO EN LA CARRERA PANAMERICANA

Cerca de las 18:00 horas, tarde pero seguro, los Porsche, Ferrari, BMW, Bochitos y otros modelos más posaron frente al gigante recinto de mármol. Joe Ramírez, ingeniero de Ayerton Sennna fue el encargado de colgar las preseas a cada uno de los competidores para avalar que la Etapa 2 fue completada con éxito.

No podía ser de otro modo, los gritos del público femenino demandaron palabras de Patrick Dempsey, el actor apareció por última vez a bordo de su Porsche edición especial en suelo mexicano. Descendió del mismo y arriba de un templete saludó a los miles de fans de su trabajo en las pantallas: “Agradezco todo el cariño, amo este país. Lo que más me gustó de México fue su gente, adoré la carrera, ¡Viva México!”.

Sin importar el desgaste y cansancio que generó el estar en pista durante más de 11 horas. Los autos aparcaron para dar paso a una corta pero amena convivencia con los presentes. Un colorido despliegue de bólidos se adueñó de la urbe más grande del país, la Carrera Panamericana continúa.

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