Pachuca.- Ilusionadas y agradecidas, Pretinha y Andrea Rodebaugh mostraron su lado más sensible en su presentación como inducidas al Salón de la Fama del futbol en Pachuca.

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La brasileña y la mexicana recordaron los momentos más complicados que vivieron. Pues para ambas, la situación fue complicada por el simple hecho de querer patear un esférico.

La ex entrenadora de las Xoloitzcunitles de Tijuana, confirmó que su mayor deseo siempre fue inspirar a las más jóvenes a cumplir su sueño.

“El legado que quisiera dejar es que cualquier niña en México o en cualquier país del mundo, que tenga la posibilidad, que tenga el sueño de ser profesionales. Que tengan la oportunidad, poner como muestra, no sólo mi trayectoria y las que vinieron atrás. No es una persona nada más, crear esas oportunidades, lo digo muy seguido. Mi generación vivió para jugar futbol y ahora se pelea por ser una forma de vida, ojalá lo logremos”.

Su nacionalidad y que sea en la Bella Airosa, la mantiene más feliz. “Para uno, a mí me da mucha emoción por ser en México, por ser el salón de la fama y por ser mujer. Es algo que es relativamente nuevo, sé que han investido a mujeres, pero generaciones atrás no nos han reconocido, estar aquí me da mucha felicidad”.

Por otro lado, la brasileña se dijo contenta por la invitación. “Es un honor muy grande, es un honor, me siento contenta por representar al futbol brasileño. Me gustaría agradecer a todos por esta selección, estoy feliz y muy honrada. Mi trayectoria es parecida a la de Andrea, ayudar a que se desarrolle el futbol femenino es lo que más me importa. Ahora me interesa tener una trayectoria victoriosa, haber ayudado a las personas a las que se les hace realidad sus sueños. Eso todavía lo hago como atleta, como auxiliar técnico, el amor y la pasión, la evolución, todo eso es muy gratificante”, cerró.

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