25, agosto 2023 - 6:01
Miqa Roldán se convirtió en entrenadora de hockey sobre pasto / Arte: Noé López
El hockey sobre pasto llegó a Miqa Roldán por mera coincidencia y se convirtió en una forma de vida. Cuando apenas tenía cinco años, esta disciplina no era tan conocida en Argentina. Había pocos entrenadores y las canchas para practicarlo eran mínimas, pero el deporte creció al grado que es uno de los más populares en su país.
Roldán jugó en San Lorenzo y River Plate. Aunque tuvo pocos partidos como profesional, se decantó por ser entrenadora y ahora a donde quiera que va junto a Germán Berterame, su esposo, trabaja con niños que se interesan en la disciplina. Hoy, sueña con poner una escuela en Monterrey, donde actualmente radica.
“Mi papá me llevó a hacer tenis, natación, muchos deportes”, aseguró en charla con ESTO, pero el que se quedó con su amor fue el hockey sobre pasto, mismo que conoció un día que se cruzaron con “la bocha”.
Miqa Roldán fue a un entrenamiento y comenzó en San Lorenzo, su primer club y al que siempre volvió a pesar de que jugó para otras instituciones. “Extrañaba a mis compañeras y a mi profesora Clari”.
Su primera entrenadora la llenó de amor y siempre la cuidaba cuando se portaba mal. “Hasta la fecha siempre me habla. Es como mi segunda mamá”.
Miqa Roldán consideró que Clari, su profesora, siempre se identificó con ella en su manera de ser, además, el cariño se reflejaba en que siempre la seguía a todos sus partidos. “Yo jugaba a las 9 y ella a las 4 de la tarde. Era como la mascotita, la seguía a todos lados”.
La ahora entrenadora de hockey sobre pasto pasó por todas las categorías del hockey en Argentina y a los 16 años dio el salto a la Primera con San Lorenzo y posteriormente a River Plate. Con el cuadro “Millonario” le costó trabajo ganarse un lugar. Al final, pudo jugar dos o tres partidos como profesional.
“Me costó más porque eran chicas mucho más profesionales”, dijo.
¿POR QUÉ MIQA ROLDÁN DECIDIÓ HACERSE PROFESORA DE HOCKEY SOBRE PASTO?
En uno de sus tantos regresos a San Lorenzo, se dieron cuenta de la facilidad y la paciencia que Miqa Roldán tenía para trabajar con los niños, por ello le ofrecieron la oportunidad de jugar y entrenar.
“En San Lorenzo, cuando te ven con la facilidad de hacerlo te agarran para ir entrenando a las chicas, siempre me tocaban las más chiquitas. Hoy en Monterrey estoy con mayores, pero estoy ayudando a una escuela y pronto voy a armar la mía y volveré con los niños”, aseguró.
Miqa Roldán tiene mucha facilidad para trabajar con niños, pero también sabe que hay algunos retos, el principal es engancharlos con el deporte.
“El tema de la facilidad de irte preparando, tomar esto, preparar el plan de la semana, aunque a veces cuando voy ahí, es más difícil. Te preparas, pero a veces los niños no se enganchan, es muy difícil. Con juegos, muchos juegos para los entrenamientos”, cerró.
MONTERREY, EL LUGAR IDEAL PARA EL HOCKEY SOBRE PASTO
Miqa Roldán llegó a México porque su esposo es futbolista profesional. El primer lugar al que arribaron fue San Luis Potosí, ciudad en la que no había escuelas de hockey y ella decidió poner la suya, sin embargo, la falta de entrenadores la llevó a quitarla en el momento en el que tuvieron que partir con rumbo a Monterrey.
En la capital potosina también se enfrentó al reto de no tener contra quién jugar, e incluso al enojo de uno de sus alumnos al enterarse que ya no habría más hockey sobre pasto con su salida.
En el norte de México encontraron condiciones diferentes. Monterrey tiene lugares para entrenar hockey, actualmente es entrenadora en una cancha, pero el sueño es que en un año pueda tener su propia escuela en donde habrá clases de esta disciplina y también de futbol.
“Acá puedo contar con que la escuela puede seguir si yo no estoy. Puedo desarrollar el tema de las enseñanzas de los maestros y puede funcionar sin que esté yo”, dijo para el diario de los deportistas. “En un año y seis meses yo me puedo ir. Pero es armar todo rápido o no hacer nada. Yo soy muy inquieta, no me gusta estar sin hacer nada”.
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A pesar de la alta probabilidad de que en algún momento se vaya de Monterrey, reconoció que la Sultana del Norte sería el lugar ideal para que ella haga base.
“Yo le digo siempre (a Germán Berterame): te sigo a todos lados donde hablen español. Yo creo que puedo armar base acá en Monterrey porque tengo muchas ganas del tema del hockey. Tenemos a Lía que tiene tres años, no me preocupa mucho eso ahora”, finalizó.