Aunque en un principio se había considerado al estadio Mágico González como el escenario para la ceremonia de clausura, finalmente se tomó la decisión de realizarla en la Villa Centroamericana, el corazón de los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023. Fue una especie de homenaje al sitio que albergó a los atletas durante los 15 días de competencia, una fiesta para ellos, y para todos aquellos que le dieron vida a la competencia.

Tal vez te interese: Los Juegos Centroamericanos reflejaron la nueva realidad de El Salvador tras su lucha contra las pandillas

Antes que una ceremonia, fue una noche para dar las gracias. A los atletas, desde luego, por escribir las historias en estos juegos, historias de medallas y triunfos y de superación. También a la ciudad, por estar lista cuando todo parecía en contra.

También se le agradeció a los voluntarios, por estar al tanto de la necesidad de los atletas y los visitantes. Por ayudar a que la semilla del olimpismo crezca, en un país que tendrá escenarios del más alto nivel para que las jóvenes generaciones trasciendan en el deporte.

La ceremonia fue cerrada, es decir, no hubo acceso al público, solo algunos invitados pudieron observar el espectáculo que montó el comité organizador. Los atletas desfilaron con sus banderas, en un carnaval, ya sin la presión de la competencia.

El discurso de Yamil Bukele y Luis Mejía Oviedo para despedir los Juegos Centroamericanos

Una vez que tomaron sus lugares, vinieron los discursos de Yamil Bukele, presidente del Comité Organizador de San Salvador 2023 y de Luis Mejía Oviedo, presidente de Centro Caribe Sports.

“Tengo que decir que lo hemos logrado. Para nosotros fue un año y medio de mucho trabajo, de mucho sacrificio, pero luego de estos 18 meses podemos decir misión cumplida. Doy por clausurados los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023”, señaló Bukele.

“Hemos sido testigo de grandes hazañas de nuestros deportistas, y de la magia que se atestigua en el olimpismo, somos una familia olímpica”, señaló Mejía. “Estos juegos dejan un legado inmenso a El Salvador. Unas instalaciones deportivas de primer nivel, que por muchos años más serán utilizados por su población para practicar deporte y seguir transformando vidas”, agregó.

El Salvador pasó la estafeta a República Dominicana

Como suele ocurrir en las clausuras, en el acto se pasó la estafeta a Santo Domingo, ciudad que fue sub sede de este evento y será la encargada de albergar los Juegos Centroamericanos del 2026, una edición especial dado que se celebrará el centenario de la justa regional, la más antigua del mundo.

Recibe vía WhatsApp todas nuestras noticias deportivas, manda la palabra ALTA en este enlace

De pronto, un espectáculo de drones alumbró el cielo salvadoreño. En la noche se dibujaron figuras y palabras, con la leyenda de Santo Domingo como una promesa y una responsabilidad, la de igualar lo hecho por el pueblo salvadoreño, al organizar la justa en apenas año y medio, con la encomienda de salvar los Juegos después de la pandemia.