Con tres medallas de oro, Paulina Campos se convirtió en una de las gimnastas más ganadoras de los Juegos Centroamericanos. La mexicana se coronó por equipos, en las barras asimétricas y en la viga de equilibrio. Su historia sería como la de tantas atletas que brillan en su respectiva disciplina, sino fuera porque junto a ella, en el triunfo, estuvo su madre, quien también es su entrenadora.

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Una vez finalizada la prueba en las barras asimétricas, minutos después de que el himno nacional mexicano sonara en el gimnasio del Polideportivo de Ciudad Merliot, la entrenadora Esmeralda Martínez se fundió en un abrazo con Paulina. Ella iba vestida con la playera verde con el nombre de México en la espalda y su hija, por encima del traje de gimnasia, llevaba la sudadera blanca con la bandera tricolor en el corazón. Un equipo hecho y derecho.

“Es el fruto de muchos años de trabajo, mucho sacrificio de la familia, de los amigos, de la gente que está cerca de nosotros y nos apoya, creo que solas solas no hemos sido, hemos ido apoyándonos en las personas que nos quieren, que nos querían ver aquí, y hoy por fin se nos dio después de mucho esperarlo y la verdad es que estamos muy contentas”, señaló la entrenadora, o la madre, depende desde el punto donde se le mire.

Su peculiar historia llamó la atención de algunos cuantos. Aunque no es una práctica desconocida en el alto rendimiento, no resulta sencillo separar las cosas. “No es fácil, es difícil porque terminas llamándole la atención todo el día, primero porque eres su entrenadora y luego porque eres la mamá, tienes que formarla, tienes que educarla, tienes que darle valores, y como vas viendo todo su desarrollo, cuando se va chuequita o algo, hay que volverla al centro, recordarle que tiene valores, que tiene principios y que tiene que respetarlos”, dice Martinez, mientras Paulina la escucha.

Para Paulina Campos la relación es normal, pues llevan toda la vida juntas

La gimnasta de 22 años lleva la relación con normalidad. En realidad es una rutina que lleva casi toda la vida. “Para mí es una convivencia normal, pues desde muy chiquita estamos combinando la escuela con la gimnasia, estando juntas todo el día, 24/7, a veces tenemos nuestros resbalones, pero la verdad es que siempre salimos adelante juntas”, dijo.

La relación madre-hija y entrenadora-atleta da lugar a una rutina frenética. Las horas no alcanzan, pero vale la pena, cuando llegan las medallas “Un día normal es llevarla a la universidad, paso por ella, entrenamos toda la mañana hasta las tres de la tarde, después yo me voy a mi trabajo, y ella hace la segunda parte del entrenamiento en la casa, y se llegó la noche”, cuenta Martínez.

El amor por este deporte es heredado, desde muy pequeña, Paulina creció entre los aparatos que conforman la gimnasia. Escuchando de cerca las indicaciones que su madre le daba a las atletas de entonces. Con los años fue tomando consciencia de su entorno y el destino fue inevitable. “Yo acompañaba a mi mamá a su trabajo porque no tenía con quién dejarme, estaba muy chiquita, literalmente me llevaba en brazos. De ver a las niñas me llamó mucho la atención, entonces empecé a hacer gimnasia de manera recreativa con mi mamá. A los seis o siete años, en mi primer regional, me di cuenta que eso es lo que yo quería hacer, conforme cumplía años lo fui tomando más en serio y ahora acá estamos”.

La juventud no es un obstáculo, Paulina Campos tiene claros sus objetivos

Y ahí están, en los más alto del podio, en el camino correcto, en el arranque del ciclo olímpico rumbo a París 2024. “Este es el inicio, la verdad es que estamos trabajando mi fuerte como equipo para dar la puntuación que se necesita y hacer historia y poder pasar como equipo. Estamos en un buen momento para lograrlo”.

La mexicana, pese a su juventud, tiene las cosas claras. Camina con la guía de su madre y entrenadora. “Es importante que todos hagan algo que de verdad les guste. Si van a hacer lo que les gusta sean muy disciplinados y consistentes. De verdad, si trabajas por lo que quieres, es muy probable que logres todo lo que te propones”, cerró la potosina.

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