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15, junio 2023 - 6:00

┃ Héctor Alfonso Morales y Alvaro Zaldaña

Hugo Sánchez fue el capitán de aquel equipo que fue segundo lugar de la Copa América. FOTO: MEXSPORT

Sus maletas tenían tanta ilusión como incertidumbre. Cuando los seleccionados nacionales subieron al avión para ir a tierras hostiles a enfrentar a las potencias continentales en la Copa América de Ecuador 1993, no sabían exactamente a lo que se enfrentaban. Pero triunfaron: regresaron con el respeto del planeta del futbol para México, después de quedarse con el subcampeonato de ese torneo.

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“Demostramos el nivel del futbol mexicano al continente y al mundo. Dejamos sorprendidos a muchos. Llegar a la final fue tremendo, fue una imagen fantástica”, reconoció Hugo Sánchez Márquez, capitán de ese combinado tricolor en entrevista con ESTO.

Hoy se cumplen 30 años del arranque de aquel torneo, en el que México retó, por primera vez, a las selecciones del Cono Sur por un título oficial. El camino se llenó de circunstancias amargas y agradables. Incluso, estuvieron a punto de no realizar la travesía. Su dignidad como gremio estaba primero.

Los tricolores se plantaron. Se negaban a trasladarse a Ecuador porque querían la eliminación del Draft y el respeto a ser tratados como personas, no como mercancías sin ningún tipo de opinión.

México tuvo una ronda de grupos entre la polémica y los sobresaltos. Funcionamiento agridulce que sirvió para disipar el nerviosismo. Compartieron sector con Colombia, Argentina y Bolivia; apenas sobrevivieron en el torneo al clasificar como uno de los mejores terceros lugares con dos puntos.

Ante los colombianos, la escuadra de Mejía Barón sucumbió por una jugada polémica. El empate a una anotación estaba por sellarse, pero vino el gol fantasma de Matehuala.

“Bueno, la ronda de grupos empieza mal, porque fue muy polémico ese partido. Es el del gol fantasma de Machala: hay un gol muy raro, o sea, que es con el que los ganan dos a uno. Fue un partido muy parejo contra una Colombia, que después fue una de las selecciones más reconocidas con grandes jugadores. Obviamente fue un momento duro, pero estábamos tranquilos porque habíamos hecho muy bien las cosas”, señala al Diario de los Deportistas, Alberto García Aspe, uno de los emblemas de aquel equipo nacional.

Su análisis sobre el comienza en Sudamérica, incluso, califica el duelo siguiente ante Argentina así: “les dimos un baile, pero empatamos a uno”.

El gol mexicano fue obra de David Patiño: “Mi gol fue increíble. Estar jugando contra Argentina en Ecuador, en la Copa América, con los jugadores más renombrados del mundo, que juegan en Europa. México realmente dominó prácticamente todo el partido, presionó a Argentina, lo presionó, le quitó la pelota, lo atacó. Mi gol es bien conocido por el madruguete de Hugo. Claro, realmente hubo el mérito de haberme visto que estaba solo y de darme la pelota cuando todo mundo esperaba a que él tirara”, señala el ex atacante de los Pumas.

Vino el cierre del grupo ante Bolivia. El resultado 0-0: “Un partido con muchas patadas, donde incluso me rompen los ligamentos”, recuerda el ex defensa central, Claudio Suárez.

La Selección Nacional avanzó de panzazo a los cuartos de final con apenas dos unidades. Vino el destape tricolor, la marea mexicana que impuso respeto en Sudamérica.

México derrotó 4-2 a Perú. “El equipo ya estaba en su mejor momento, ya totalmente compenetrada en todos aspectos, y bueno, después de ese partido es cuando nos damos cuenta de que podemos ganar la Copa. Nos tocaba enfrentar a Ecuador (en semifinales) o sea, que era el anfitrión en su casa, con su gente, en su estadio, todo lo que tú quieras. Llegamos con toda la mentalidad de que le íbamos a ganar, que les íbamos a pasar por encima y así lo demostramos”, presumió García Aspe.

Llegó la final. México tenía la ilusión de coronarse en Ecuador ante una escuadra bicampeona del mundo en ese entonces. La Albiceleste aprovechó graves errores defensivos del Tricolor para imponerse 2-1 con dos tantos de Gabriel Omar Batistuta, un delantero letal y de clase mundial.

“Siento que fuimos egoístas en algún momento. He visto varias veces el partido y siento que a los delanteros, de repente, les faltó el jugar para el equipo y tomaban malas decisiones. También uno como defensa, los errores que se cometieron fueron muy muy infantiles. los argentinos no te perdonan. Batistuta tuvo dos y las dos las metió”, asumió Suárez.

“Yo creo que todo todo salió bien, hasta la final, hasta que el portero se equivocó todo el tiempo y se dejó meter los dos goles”, bromea Jorge Campos, portero de esa selección. En un tono más serio señaló “llegamos a la final, yo creo que fue un año muy especial”.

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