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4, marzo 2023 - 23:43

┃ Karen Morán / ENVIADA

Alex de minaur AMT

Nerviosa y expectante, así lució la afición del Abierto Mexicano de Tenis desde que abrieron las puertas de la Arena GNP. La semana no fue normal, al menos no parecida a las de los últimos cinco años, en los que el público de Acapulco estaba preparado para ver a una gran estrella, ahora, en la 30 edición, la afición llegó dispuesta a ver un nuevo ganador, uno que el lunes por la mañana no estaba presupuestado.

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Diez minutos faltaban para que arrancara el partido más importante cuando el tornado arrasó con la zona comercial; un trago, algo de comer, souvenirs y hasta una última parada en el sanitario revolucionaron los alrededores del estadio principal para que a las 21:00 horas en punto, aparecieran en escena los protagonistas: Alex de Minaur y Tommy Paul.

El primero en la pista fue el australiano, Alex, quien una noche antes se echó a la bolsa a la afición mexicana, del otro lado Tommy, el “verdugo” de Fritz, dispuesto a redimirse con la grada tras haber echado a uno de los favoritos del torneo.

Tras el torbellino del inicio comenzó el duelo en el que Tommy Paul abrió al servicio, el norteamericano fue contundente y se quedó con el primer game, tras ello todo fluyó. Paul siguió con el mismo ritmo y con poco menos de 40 minutos en el reloj, dejó el 6-3 que lo adelantaba y ponía a solo a un parcial más del título.

Pero Alex de Minaur no se quedó tranquilo, de a poco el australiano fue llevando a la red a Tommy para ponerlo en aprietos, el juego arriba lo benefició y por momentos regalaron entretenidos intercambios que la gente no dejó de ovacionar.

“¡Vamos Álex!” No paraba de gritar la grada, dudosa del tenis de australiano, pero convencida de que quería llegar a un tercer set. El episodio se puso mucho más emocionante y reñido que el anterior, el australiano quebró primero, pero más tarde Tommy respondió; sin embargo, el australiano respondió al llamado de la grada y lo hizo de nueva cuenta, así le regaló al público el tercero del encuentro.

En el definitivo el apoyo ya iba para todos lados; el grito de Alex se transformó en “¡Vamos, Tommy!”, había juego y ahora sí, cualquier error iba a costar demasiado caro.

De Minaur siguió en ascenso y ya encarrerado destrozó a Jimmy para poner el 6-3, 4-6 y 6-0 que le otorgó su primer título en Acapulco, el séptimo de su carrera y además continuó su dominio ante Tommy Paul, a quien ha derrotada en cuatro ocasiones, mismo número de enfrentamientos entre ambos.

Así fue que Alex de Minaur conquistó a la Arena GNP, sin esperarlo, pero como un torbellino que regaló a los 10,300 aficionados presentes una final inolvidable.

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