Sebastian González hace un par de décadas era el referente ofensivo del Atlante y más allá de que sus goles hayan abierto el corazón de los aficionados a los Potros de Hierro, sus celebraciones terminaron por ganarse el cariño en general del público mexicano, tras hacer famoso su festejo emulando al Chavo del 8, famosa serie de comedia mexicana, por lo que fue apodado ‘Chamagol’, sobrenombre con el que actualmente se le sigue conociendo.

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El delantero chileno llegó a México proveniente del Colo-Colo, equipo más grande del futbol andino y en sólo siete torneos como jugador azulgrana, pudo marcar 75 goles en 123 partidos, además de haber militado con Tigres y León en la Liga MX, cerrando su marcha en el futbol mexicano con Club León, Atlante y Mérida FC de la entonces llamada Liga de Ascenso MX, hoy conocida como Liga Expansión MX.

Chamagol pudo jugar hasta 2014 cuando decidió colgar los botines a los 36 años de edad con 191 goles anotados en su haber y grandes reconociemientos internacionales como la Medalla de Bronce con Chile en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, el cuarto puesto en la tabla de goleadores a nivel mundial de la IFFHS de 2002 y por supuesto, haber sido campeón de goleo del futbol chileno en 2002 y la Liga Mx en 2003.

Una vez que González desapareció del radar del futbol mexicano en 2011, tuvo aventuras con The Strongest de Bolivia de 2011 a 2012 en donde pudo anotar 10 goles, más tarde con el Caracas, donde se fue en ceros en sólo seis meses con el club venezolano.

Una vez de regreso en el futbol de su país, primero con el Palestino y más tarde con el Deportes Temuco, se despidió con dos goles en la temporada 2013/2014 con el último club antes mencionado para así, marcar su adiós del futbol a los 36 años, con una carrera más que respetable en la que dejó un legado imborrable dentro de la historia del equipo del pueblo, los Potros de Hierro del Atlante.

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Sus celebraciones a lo Chespirito

Durante su época goleadora en el futbol mexicano, cuando militó con el Atlante por tres años y medio, Chamagol metió goles a racimos que los significaron decenas de puntos a su equipo, sin embargo, más allá de la preparación del chileno para cada partido, su preocupación pasaba más por cómo iría a festejar cada gol que por de verdad hacerlos, dada la increíble forma que tenía de cara al marco rival.

Sus celebraciones iban desde salir con una playera del Chapulín Colorado y su chipote chillón, hasta la clásica gorrita del Chavo del 8 que se ponía para asemejar al popular personaje de Roberto Gómez Bolaños.

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