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27, marzo 2022 - 9:10

┃ Yael Rueda

FIFA

YAEL RUEDA

Foto: FIFA

En algún momento de la historia fallaron hasta los métodos de seguridad de la FIFA, algo que el día de hoy sería impensable, simplemente imperdonable. En 1966, cuando la Copa del Mundo iba a celebrarse justamente en Inglaterra, una noticia dejó atónitos a los fanáticos del futbol: se robaron el trofeo del Mundial.

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“Nos dijeron que se habían tomado las medidas de seguridad más estrictas, pero fallaron”, mencionó de forma tajante un reportero de la BBC, y es que esa era la noticia que se repetía en todos los noticiarios y que aparecía en las portadas de los diarios.

David Corbett, terminó siendo uno de los protagonistas de esta historia gracias a su perro.

Cerca de la competencia, el trofeo por el que todas las selecciones luchan cada cuatro años había sido expuesto en Westminster, para que la gente pudiera apreciarlo de cerca, pero simplemente desapareció.

“Siento decirles que en este momento, no puedo darles ninguna declaración”, le dijo a los reporteros el jefe de Seguridad. “Les pido que tengan en cuenta la enorme presión bajo la que me encuentro. Apenas tenga la oportunidad de tratar de entender qué pasó, hablaré con ustedes y les diré todo lo que pueda”.

Con un valor de unas 30 mil libras esterlinas, la historia cuenta que un guardia regresó de su hora del almuerzo cuando encontró la mampara de madera, que tenía la copa Jules Rimet, destrozada. Como era de esperarse, el trofeo no estaba en el interior, solo las sábanas que lo protegían.

Un día más tarde, Joe Maers, quien era presidente de la FA, recibió una llamada telefónica en la que amenazaban con fundir el trofeo si no entregaban 15 mil libras esterlinas. Es así que se contactó a la policía para tratar de recuperar el trofeo.

Luego de una persecución, agentes de la policía londinense arrestaron a Edward Betchley, quien negó robarse el trofeo, pero fue el acusado del crimen.

Una semana más tarde sucedió lo inesperado. David Corbett sacó a pasear a su perro Pickles, la sorpresa llegó cuando el collie comenzó a olfatear en un rincón, justamente entre un coche y un árbol. Cuando el reportero se acercó, reconoció la copa y llamó a la policía. Lo interrogaron como sospechoso del robo y pasó a ser testigo y su perro el héroe que rescató el Mundial.

David Corbett fue invitado a la celebración del equipo campeón del mundo y también tuvo una recompensa de 5 mil libras: “En las noches cálidas salgo, hablo y brindo con él y la agradezco por todo”, relató el dueño para la BBC.

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