RUBÉN BERSITÁIN

FOTO: Jorge Martínez | Mexsport

América soñó por un par de días con la final del Apertura 2021, incluso por 45 minutos con mucha suerte en el Volcán, pero al final se encontró con su peor pesadilla. A las Águilas no le salió el plan de vuelo y fueron borradas por unas Tigres furiosas, que pusieron en su lugar a la visita. Las felinas fueron resilientes, rugieron como es su costumbre y van por el tricampeonato, con todo y Katty Martínez de regreso. 4-0 final, 5-2 en el global.

Las líderes, bicampeonas y favoritas tenían una consigna clara: cobrar revancha y darle la vuelta a la serie en búsqueda de una nueva final. Su gente abarrotó el Volcán. Eso las convenció de que podían lograrlo sin tantas dificultades.

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América brilló en la ida, pero fue completamente nulificado en la vuelta. Tigres arrancó con mucha intensidad. Un centro de Mayor fue rematado por Cruz. La atacante de las locales falló en la definición. Esa fue la constante en todo el primer tiempo.

Las felinas controlaron el juego en su totalidad, pero no rugieron, con todo y que metieron a las 10 azulcremas de campo en su área. No es que América haya cedido el balón, es que simplemente no pudieron con el asedio de las norteñas. Orejel, Farías y Valera tuvieron mucho trabajo y resistieron de forma estoica, así lograron defender su portería. Si ellas no eran capaces, el travesaño y la mala puntería de su rival a la hora de ofender dejaron su red intacta.

Stephany Mayor tuvo la más clara. La goleadora metió un cabezazo, pero no dirigió el balón. Masciarelli suspiró aliviada.

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Las capitalinas se salvaron una y otra vez, no dieron batalla. En el área técnica, Craig Harrington se mostró preocupado, sus jugadoras eran superadas con demasiada facilidad, sin embargo corrieron con suerte. La oportunidades que Tigres metía como simple rutina, no pudieron festejarse. El grito quedó ahogado.

La presión felina siguió en el complemento, también las fallas. No hubo picardía, pero Tigres no desistió y la euforia llegó como su mayor premio. Liliana Mercado, la capitana de oro, cobró perfecto un tiro libre y lo puso en en ángulo.

La fiesta comenzó. La justicia tardó, pero llegó a Nuevo León y el segundo no tardó. Mayor no falló desde los once pasos y aumentó la ventaja. Ovalle perdonó el tercero, pero María Sánchez puso el tercer y cuarto clavo a unas Águilas moribundas, que nunca se presentaron en el Universitario.

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