29, septiembre 2021 - 8:00
Simone Biles
ALFONSO MORALES
Atletas que han ponderado su salud mental por encima de cualquier resultado deportivo. Simone Biles, pese a ser favorita en gimnasia olímpica para ganarlo todo, simplemente dijo que no participaría porque mentalmente no se encontraba preparada.
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La tenista Naomi Osaka ha dejado de participar en las grandes competencias de su deporte porque ha confesado episodios de depresión.
En el ambiente, ante tales exposiciones sobre lo que pasa en la mente de los deportistas, se ha abierto un debate. ¿Es una generación de cristal que ‘se rompe’ ante situaciones de estrés? Expertos en salud y bienestar emocional descartan ponerle una etiqueta a la actual camada de deportistas e invitan a dejar de estigmatizarlos.
“Me disgusta etiquetar a las personas, considero que cada persona tiene sus fortalezas y áreas de oportunidad, las nuevas generaciones también ganan medallas, también se esfuerzan con disciplina y también sueñan con alcanzar la gloria olímpica o paraolímpica, nadie puede decirles lo contrario menos antes de empezar”, considera la psiquiatra deportiva, Marcela Martínez, quien ha trabajado con ganadores de medallas como la taekwondoín María del Rosario Espinoza y la ciclista Belem Guerrero.
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Otros ganadores como Michael Phelps (natación) o Andrés Iniesta (futbol) han destapado sus problemas mentales que los han sumido en depresión e, incluso, llevado a pensamientos suicidas, pese a que han sido los mejores en sus disciplinas.
“Hoy tenemos a una generación que se anima a hablar de sus emociones y esto da lugar a la necesidad de poder abordarla y que ellos sean capaces de decir: ‘no, paren todo, yo no estoy listo para participar en una competencia como los Juegos Olímpicos’. Y bueno, no lo hacen”, señala Pablo Sucarrat, psicólogo deportivo, quien también invita a evitar términos despectivos hacia los competidores actuales.
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“En otra época, en otras décadas, hablar del aspecto mental, de tus propios fantasmas era un sinónimo de debilidad, lo que es un concepto erróneo. Muchas veces, se quiso separar el cuerpo de la mente. Se intentó minimizar lo mental sobre lo físico”, enfatiza.
Para el especialista, el panorama de la salud mental se está abriendo para beneficiar a los atletas.
“Llorar como lo hizo Lionel Messi cuando se fue a otro club o que alguien se baje de una competencia es sano. Muchas veces se dice en los deportes: ‘yo puedo solucionar todo, puedo cambiar las cosas’ y es como reducir al deportista al éxito y nada más. Si un futbolista está lesionado, se le descarta; pero si está tocado en el aspecto mental, se dice que es debilidad y eso es un prejuicio que hace mucho daño, porque ha llevado a muchas depresiones y ansiedades”.
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Para Mario Mercader, especialista en medicina del deporte, hay que tener como parámetro el nivel competitivo del atleta, porque si ha ganado certámenes en el pasado y, de pronto, deja de hacer, entonces “es conveniente hacer una evaluación para saber qué pasa y apoyarlos con herramientas que le ayuden a salir adelante”.
Tres fases de intervención psicológica en atletas
-Investigación: desarrollo de trabajos previos para modificar conductas
-Entrenamiento: preparar al deportista al estrés del alto rendimiento
-Aspecto clínico: control de padecimientos como el ataque de pánico y la ansiedad
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