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26, julio 2021 - 13:57

┃ José Ángel Rueda

NOTA-EGIPTO

FOTO: @oscartkdm

Las dos medallas de bronce conseguidas por la selección de Taekwondo de Egipto en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 llevan una parte de México. Hedaya Malak, tercer lugar en Río 2016, ganó la presea en la categoría -67 kilogramos tras vencer a la estadounidense Paige McPherson, mientras que Seif Eissa lo hizo en los -80 tras imponerse con solvencia al noruego Richard Andre Ordemann. Detrás de ellos está en entrenador mexicano Óscar Salazar, quien, con su liderazgo y consejos, escribió en otro país una página más dentro de su gloria olímpica.

TOCÓ LA GLORIA 

La imagen más icónica del taekwondoín Óscar Salazar se remonta a Atenas 2004, los juegos del Olimpo. El mexicano, parte importante de la dinastía de los Salazar, donde su padre Reinaldo y su hermana Iridia también triunfaron, mostró toda su capacidad para colgarse una medalla de plata histórica. El recuerdo lo impone en el podio, con el brillo del metal alumbrándole la mirada, y la corona de laureles proclamándolo como todo un triunfador.

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Aquella victoria fue la culminación de una carrera que contó con momentos importantes, como el bronce conseguido en el Campeonato Mundial de 1997, en Hong Kong, además de éxitos en Campeonatos Panamericanos y Juegos Panamericanos y Centroamericanos.

CAMBIÓ DE AIRES

Una vez finalizada su carrera como atleta, Salazar ha permanecido ligado al taekwondo, un deporte que lleva en la sangre. Precursor de ideas novedosas, aprovechó su impulso y el ejemplo de su padre para formar nuevos taekwondoínes. Durante cinco años desarrolló el talento de los jóvenes mexicanos, su mano se notaba, sin embargo, el entrenador, cansado de los manejos de una Federación que con el paso del tiempo ha perdido peso, decidió dar un paso al costado para posteriormente probar suerte en Egipto, donde en 2019 se hizo cargo de la Selección Nación de Taekwondo.

Ahí Salazar ha encontrado nuevas oportunidades, pero sobre todo motivación. “Aquí la Federación me apoya mucho, gracias a ello me pude traer a mi familia, ha aportado dentro de lo que cabe la ayuda necesaria y obviamente para los atletas, es una situación diferente comparada con México, en nuestro país los atletas tienen su beca se dedican exclusivamente a entrenar. Aquí en Egipto no se les da beca, lo hacen porque les gusta”, reconoció Salazar en una entrevista publicada por El Capitalino MX, en marzo pasado, hoy ese trabajo tuvo su recompensa.

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