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30, abril 2019 - 13:30

┃ Rafael Huesca

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En sus tiempos al mando del balón, desafió a la todopoderosa Televisa. La naciente década de los 90’s fue dominada por Emilio Maurer, quien cambió sumisión por equidad entre los dueños del balón. El empresario poblano activó los derechos de transmisión en pro de los clubes, que entonces sólo servían de comparsas; trajo al “Flaco” César Luis Menotti y aceleró la transformación del balompié nacional luego del penoso episodio de los “Cachirules”; logró incorporar a México en la Copa América y marcó los cimientos para ingresar a la Libertadores. Mas el golpe sobre la mesa le salió muy caro. Degradado a persona “non grata” fue a dar a prisión. Hoy, a 26 años de aquel duro episodio, cataloga a la televisión como “maldición del futbol mexicano”. Eso, asegura convencido, no ha cambiado nada.

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“Como en cualquier parte del mundo, la tv es fabulosa y por eso se ha expandido tanto el futbol en todo el planeta, pero la tele que transmite, no la que tiene injerencia”, argumenta Maurer, quien así marca diferencias. “La televisión, aquí en México, aparte de televisar tiene injerencia, manda”, reitera, en charla exclusiva con ESTO.

 

“Ellos ponen al entrenador de la Selección, lo quitan, tienen una injerencia en el futbol y eso, para mí, ha sido la maldición”, reprueba el vetusto dirigente, quien aún hoy se vanagloria de haberla desafiado. “El día que no tenga injerencia en el manejo, el futbol mexicano va a empezar a mejorar”, garantiza convencido.

EL GOLPE

Cuando Emilio Maurer ganó aquella polémica elección junto con Francisco Ibarra García de Quevedo, en su calidad de presidente de la Femexfut, y el poblano como titular de la rama de la Primera División, de la noche a la mañana desaparecieron los privilegios de Televisa. El también mandamás de La Franja no sólo forzó al pago de derechos de transmisión por igual, sino también despojó a Chapultepec 18 del manejo de la Selección Nacional, y el Coloso de Santa Úrsula dejó de ser su casa. El estadio Azul, entonces conocido como Azulgrana, fue el escenario del Tricolor en dichos ayeres.

Plagado de recuerdos, Maurer echa a andar la memoria, al tiempo que presume los ajustes que ayudaron a la transformación del deporte de las patadas. “Si nos acordamos de los viejos tiempos, cuando yo llegué a la FMF, el último partido de ese momento, luego de que no fuimos al Mundial (de Italia 1990), por los ‘Cachirules’… Jugamos un partido México vs. Bélgica, amistoso, contra la Selección de Bélgica, que estaba en el Mundial, y nosotros íbamos de spárring. Apenas nos pagaron 5 mil dólares. Eso era un crimen”, explica el dirigente.

 

“Ese fue el último contrato firmado que tenía Televisa con la FMF, cuando nosotros llegamos. Ya no firmamos con la televisión y al siguiente contrato nos pagaron 70 mil dólares, en Los Ángeles, contra Brasil. De 5 mil a 70 mil. Ahí empezó la lucha y nosotros sí logramos que nos pagaran, en ese entonces, hasta 100 mil dólares. Hoy esa cantidad es una bicoca, pero no en esos tiempos”, presume orondo.

Tras el arribo de Maurer a la FMF vino de la mano el “Flaco” César Luis Menotti. El timonel argentino, monarca mundial en Argentina 1978, sirvió para cambiar la mentalidad del mexicano, que en ese entonces se atrevió a desafiar a Brasil y Argentina, los grandes del continente. Nada que ver, inclusive, con Gerardo Martino, actual estratega. La comparación es inevitable: “Nosotros no trajimos a un técnico mediático, sino al mejor entrenador que había, campeón del mundo, no nos anduvimos por las ramas”, pondera sonriente. “Trajimos a lo mejor de lo mejor. El ‘Tata’ no tiene la categoría que tenía Menotti, pero es un entrenador de categoría, que ha manejado selecciones y no un merolico, como Juan Carlos Osorio, quien iba contra todas las reglas”, reprocha.

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“Todos los seleccionadores quieren tener el mayor tiempo posible a los jugadores para que se conozcan con los ojos cerrados, pero con este señor, no. Al delantero lo ponía de medio, al medio de extremo y al extremo de defensa. El señor nos vendió espejitos y la FMF cayó en eso. Y aunque vencimos a Alemania, hicimos el peor Mundial de los últimos tres o cuatro. Le ganamos a Alemania y ese fue el escudo, pero una Alemania terriblemente mala. Osorio, verdaderamente, para llorar”, considera Emilio.

LOS INCOMPARABLES

Entre tantas remembranzas es inevitable la comparación de la dupla Ibarra-Maurer con la actual, conformada por Yon de Luisa, al frente de la Femexfut, y Enrique Bonilla, titular de la Liga MX, algo equiparable al cargo que ostentaba Emilio en el lejano 1991.

“Casi casi, lo que me estás preguntando, lo puedo poner como un insulto”, reprocha Maurer ante el cuestionamiento. “¿Cómo nos vas a comparar a Paco Ibarra y a tu servidor, con estos señores que me acabas de nombrar?”, reclama.

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“Nosotros trabajamos, nos rompimos la madre, tratamos de cambiar al futbol mexicano y le pusimos un hasta aquí a Televisa. Subimos lo que se le pagaba a la Selección, fuimos a Copa América e hicimos trabajos preliminares para Copa Libertadores. No, no compares”, ataja indignado. “Estos señores son unos gatos de Angora, y dependen, con el respeto que me merecen, de Televisa y los manda Televisa. A nosotros, en cambio, no nos mandaba nadie”, detalla Emilio, presuntuoso.

“Teníamos el Consejo de Selecciones Nacionales, teníamos a la Federación Mexicana de Futbol, con una cuestión muy clara, para manejar a los equipos y nos manejábamos entre nosotros. No nos manejaba ninguno de afuera. La verdad, reconozco y respeto, pero casi casi considero un insulto esa comparación”, insiste el empresario. “Pero que me compares con Enrique Bonilla… me pego un tiro”.