El más grande, el más ganador volvió, los vientos de Juárez trajeron de regreso al América, pero con un trofeo más para guardar en su remodelada vitrina.

Las Águilas, todavía mareadas por la copa bebieron en la frontera, aterrizaron muy temprano a la CDMX.
El vuelo tuvo un ligero retraso, sin embargo, fue lo de menos para los jugadores azulcremas, varios acompañados de sus parejas.

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El avión descendió antes de que aparecieran los primeros rayos del sol. Nicolás Castillo, sin actividad, fue el primero en aparecer en los pasillos del lugar. El atacante, con gorra negra y cabizbajo, caminó de prisa sin atender a nadie.

Detrás del andino apareció Santiago Baños y enseguida Miguel Herrera, el “Piojo” les dedicó tiempo a los reporteros, que, con evidente cansancio y ojeras, esperaron en el lugar.
Mientras el técnico amarillo expresó sus emociones, Agustín Marchesín, Emanuel Aguilera, Guido Rodríguez y Bruno Valdez, salieron del sitio, ninguno se detuvo.

El resto de la parvada no tardó en aparecer, Oribe Peralta, Andrés Ibargüen, Óscar Jiménez, Renato Ibarra y Edson Álvarez, caminaron a paso veloz.

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Algunos valientes seguidores que se enteraron de la llegada del equipo, aprovecharon el momento para pedir selfies y autógrafos. La mayoría de los futbolistas, a pesar del cansancio, aceptaron las peticiones.

El desfile siguió con Nicolás Benedetti, el “Poeta” recibió un fuerte golpe en el tobillo derecho durante la final y eso provocó que apareciera en la terminal con muletas y férula. Hoy se va a conocer la gravedad de su molestia.

Los últimos elementos en salir fueron Carlos Vargas, Paúl Aguilar, Jorge Sánchez y Roger Martínez. Las expresiones fueron nulas, todos buscaron la salida más cercana para rápido trasladarse a sus respectivos hogares y dormir.
Así, entre algunos bostezos y cansancio, volvió el campeón. A partir de anoche, el más ganador.

ENTRE LA UTILERÍA

No, no se olvidó, el trofeo que recién consiguieron las Águilas, también llegó a la capital, pero lo hizo entre la utilería y con escasos cuidados.

La copa fue descubierta y personal del aeropuerto, además de un seguidor azulcrema, aprovecharon el momento para fotografiarse con el laurel recién conseguido.

Tras varios minutos exhibido, el trofeo volvió a guardarse y se fue directo a Coapa.