El 2 de septiembre de 1941 vio la luz el periódico ESTO, un diario que desde el comienzo tuvo clara la manera en la que quería llegar al público interesado en los deportes.

De manera irónica, aquél martes la portada no la llevó un evento deportivo. Al ser 2 de septiembre, un día después del informe presidencial, en la primera plana aparece Manuel Ávila Camacho.

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Ya en las páginas interiores se puede ver un poco de la intención del periódico de enfocarse totalmente en cuestiones deportivas y artísticas, como un espectáculo en Bellas Artes, o la labor de una escuela de paracaídas, así como un reportaje especial del Polo en México, el cual vivió su época dorada por aquellos años.

Deportes como el beisbol, el futbol, el box y los toros, los cuales se convertirían en un pilar del diario en los años posteriores, también tienen sus espacio en aquella primera edición de 16 páginas.

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La contraportada, como es costumbre, representa un lugar especial donde se anuncia una entrevista con Horacio Casarín, una de las máximas figuras del futbol mexicano. Desde aquel entonces, el ESTO ya tenía clara su intención de ser el Diario de los Deportistas, de llevar al lector aficionado a los deportes a donde nadie lo había llevado jamás.