Foto: CONADE

México le pegó a donde más le duele a Colombia… ¡en el ciclismo!, deporte que es considerado una religión. Hasta Gabriel García Márquez, en sus años mozos relató las vueltas ciclistas y conocía a sus máximos exponentes. Crónicas que parecían novelas, de acuerdo a los cánones del periodismo de la época por su extensión, descripción y vivencia. A su muerte,  esos textos circularon en las redes sociales, algo que quedó para la historia.

En el ciclismo de pista, Gabo no habría podido decir mucho de lo ocurrido en el Velódromo “Alcides Nieto Patiño” de Cali, con la presencia arrolladora del equipo mexicano. Es para presumir, sobre todo que no lucieron colombianos y cubanos como era ya una mala tradición para los nuestros. A menos este día es para ensalzarlo, con un gusto súbito por el espectáculo que bridaron.

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Lo mejor del ciclismo mexicano se presentó en la pista que nos hizo recordar a Nancy Contreras y Belem Guerrero, las dos gladiadoras mexicanas que se abrieron camino en un deporte muy especializado. Al menos hoy tenemos que presumir que de cuatro finales se ganaron cuatro oros.

La primera prueba, la persecución individual, en la sesión de clasificatoria el guanajuatense Ignacio Prado terminó en primer sitio y registró una nueva para de los JCC. En la final remachó su poderío y capturó la presea dorada con otro nuevo registro, con tiempo de 4:22.256 minutos.

Luego, dentro del programa de la tercera jornada del ciclismo de pista, se realizó la prueba por puntos e Ignacio Sarabia, un ciclista con enormes cualidades – tiene mucho que dar dentro del ciclismo -,  ganó la prueba que en el pasado se le decía australiana.

Se intercalaron la prueba combinada del ómnium con Yareli Salazar y la velocidad con Jessica Salazar, la dueña del récord mundial de los 500 metros y la sudcaliforniana Yuli Verdugo. Salazar se impuso a la colombiana Martha Bayona en las dos carreras para conquistar el oro y Yuli obtuvo el bronce en contra de la cubana Lisandra Guerra.

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Y la ciclista prodigio de México que desde su carrera juvenil se ha destacado en el concierto internacional, Yareli Salazar, en los mundiales que tuvo el alcance el podio, se le nota una pedalista mucho más madura – debería tener una mejor administración de su programa deportivo –  y con sus dotes naturales deslumbró.

La ciclista originaria de Sinaloa, con una familia muy entusiasta a la distancia, su mamá no pudo pagarse el viaje a Colombia,  ligó su tercera victoria en estos Juegos, en la ómnium donde lideró de principio a fin la competencia y en la prueba final, la de puntos se colocó de manera inteligente para mantener su ventaja y cerrar con la corona de la prueba combinada que no tiene mucho tiempo de ser olímpica.

Faltan dos jornadas para que concluya el ciclismo de pista, y el nombre que lleva el Velódromo Alcides Nieto Patiño es de periodista colombiano que promovió este deporte en los años 50 y ha albergado al menos 12 Copas del Mundo tocó al Son de la Negra o Cielito, como mejor les guste.