Los Ángeles.- Convertido en la figura del nuevo equipo de Los Ángeles, Carlos Vela encontró su mejor versión futbolística en la MLS, volvió a ser el jugador “matón” que se consagró en el Mundial Sub-17 de 2011 en Perú y que lo llevó al Arsenal de la Premier League, la sonrisa le regresó y apunta con detonar en la Copa del Mundo de Rusia 2018.

“Ese es el objetivo. Dar lo mejor en cada momento, qué mejor un Mundial que tanto esperamos, en México queremos hacer cosas importantes, me siento capacitado para aportar al equipo, no puedo asegurar que todo va a salir todo perfecto, pero dejaré todo en la cancha si me toca estar, voy a estar ahí, hacer lo mejor posible, para gustar y hacer lo mejor para mi equipo

Ya en plena justa mundialista, le gustaría ocupar la posición de extremo derecho o de segundo delantero, pero a final de cuentas, Juan Carlos Osorio decidirá dónde ponerlo, pese a que también existan las tan famosas rotaciones.

“En mi humilde opinión, en donde me siento cómodo y más puedo aportar es de extremo derecho o de segundo delantero, detrás de un delantero referencia, aprovechar los espacios  para darle juego a mis compañeros. Son las dos mejores posiciones”.

Aunque “no está en mis manos ponerme a jugar ni en dónde. Todos queremos jugar, todos trabajamos para estar en el once, al que le toque, hay una gran Selección y me imagino lo haremos muy bien”, detalló.

MADURO 

La vida de familia, la paternidad y el hecho de volver a su mejor momento por haber cambiado de aires, sitúan a un nuevo Carlos Vela que sueña y se compromete a la Copa del Mundo de Rusia 2018 con la playera del Tricolor.

Convertido actualmente en la figura del LAFC y con los reflectores puestos para trascender en su segundo Mundial, Vela enterró aquel jugador que se negaba hablar con los medios de comunicación y el entorno de México en el aspecto deportivo. Hoy es otra realidad y la revalora.

“Es un cúmulo de cosas, al final cuando uno es joven cree que todo lo puede hacer, que eres invencible, creo que muchas veces tomamos decisiones incorrectas y sobre eso uno aprende a valorar qué es bueno o malo, cuándo se puede hacer o no.

“El tener una familia me ha ayudado mucho, mi mujer y mi hijo me han hecho ver la vida de otra manera y enfocarme en el futbol. Es muy importante para mí que me estén apoyando y me hace mejor persona, puedo trabajar de la mejor manera y lo puedo disfrutar en el campo”, explicó el “Bombardero” quien goza la vida angelina con el LAFC al ser el jugador franquicia.

“Desde el primer día en el club me transmitieron que iba a ser un jugador importante, hacer y deshacer lo que quisiera en el campo, y eso me da mucha seguridad para ser yo, dar lo mejor de mí, se ve que estoy disfrutando. El club, el DT, han hecho un buen trabajo a la hora de hacerme sentir bien, como en mi casa. Trataré de mantener este nivel en la temporada”, detalló.

NO SE ARREPIENTE 

De cara a la Copa del Mundo de 2014, Carlos Vela se resistió en incontables ocasiones defender la casaca Tricolor y ya en plena justa de Brasil, le dijo que no a México.

El tiempo pasó y el “perdón” al Tricolor  se dio después de Brasil 2014 en una gira por Europa cuando los hermanos Dos Santos y el propio Miguel Herrera lo convencieron a volver. El “Bombardero” regresó con el pie derecho, pues le marcó un gol a Holanda en Ámsterdam, por lo que hoy a casi cuatro años de distancia, Vela no se arrepiente de no haber ido a Brasil 2014.

“No, para nada (arrepentimientos), hice lo correcto, lo que mi corazón me dijo lo que tenía que hacer y cuando uno hace lo conveniente se queda con la conciencia muy tranquila, jugar un Mundial es muy bonito, siempre es muy padre, pero cuando uno no está o cuando no es el momento, mientras uno esté tranquilo y la confianza tranquila, sé que no me arrepiento”, dijo seguro.

Así que con la conciencia tranquila y sin deberle nada a México, Vela analizó lo que es su realidad.

“Nunca estuve contra México y ahorita no soy el más patriota del mundo, es un trabajo, lo haré de la mejor manera y que todos los mexicanos disfruten, eso es lo más importante”, confirmó.

La madurez emocional y deportiva, lo ponen en lo que será su segunda Copa del Mundo, un nuevo desafío que quiere disfrutar con una Selección Mexicana que está plagada de varios elementos de Europa, tres de la MLS y lo mejor de la Liga doméstica.

“Ahorita sí quiero ir, para estar ahí en lo que se necesite, si no me toca ir mala suerte, eso también puede pasar”.

MLS 

Tras varios años en Europa en donde San Sebastián se convirtió en una ciudad trillada, la metrópoli angelina le cambió la vida a Calos Vela, quien le ayudó a reencontrarse consigo mismo, la MLS le dio  una nueva oportunidad en su carrera deportiva y el LAFC lo regresó a su mejor versión.

Así que Vela no se equivocó en sus decisiones, tomó la mejor. Dejó el balompié europeo por perseguir el sueño americano con la nueva franquicia de la MLS en busca de regresar a su mejor nivel futbolístico, medida que en su momento causó polémica por ir a probar suerte en el futbol estadounidense de cara a la Copa del Mundo.

“Me alegra que reconozcan que me mataron (venir a la MLS).Todo mundo te mata y si reconocen eso, ahí vamos por buen camino. Ya nos podemos hablar a la cara”, dijo de manera bromista.

Con el arribo a la MLS, “no venía para callar bocas, creo que era lo mejor para mí y mi carrera, disfrutar en donde podía disfrutar  y volver a ser el Carlos Vela que disfruta en el campo, que  mete goles, ayuda a los compañeros”.

Hoy está feliz en la multifacética ciudad angelina, una urbe cosmopolita en donde la industria cinematográfica y el nuevo club son la principal sensación, pues a escasos tres meses son acaparan reflectores.

“Ese cambio de aire, esa nueva experiencia me ha ayudado mucho a ser un mejor jugador, creo que estoy en momento para pelear contra cualquier equipo y para intentar hacer un Mundial que todos queremos, ojalá pueda hacerlo en el campo”.

Porque  “cuando estoy feliz, hago bien mi trabajo, llega un momento en la Real que ya llevaba mucho tiempo, conocía todo, estaba en un momento de confort y no podía salir porque mi cabeza ya no quería estar ahí”.