18, noviembre 2017 - 21:47
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Rayados y Tigres se volvieron a ver las caras, el orgullo y el liderato de la tabla general estuvo en juego en el BBVA.
La armonía, sin perder la diferencia de colores, prevaleció en la explanada del lugar. Playeras albiazules y auriazules se mezclaron sin problema, atrás quedó toda la polémica de dejar entrar o no a los seguidores universitarios.
Familias divididas, parejas de novios disparejos, además de amigos y rivales, se observaron en el lugar.
Los filtros de seguridad fueron un éxito. Al estadio sólo entraron seguidores con abono y boleto en mano. Cada fotografía fue revisada detalladamente.
La porra de los Libros y Lokos se disolvió cerca del lugar y sus integrantes entraron de a poco.
Los escudos se mezclaron sin problemas, Rayados por ser local tuvo más apoyo.
En el interior la fiesta regiomontana siguió, las dos aficiones apoyaron enérgicamente a sus respectivos equipos.
Los goles de Neri Cardozo y Avilés Hurtado provocaron el éxtasis de los rayados. El Clásico Regio 113 fue de ellos. Tigres tuvo que aguantar esta vez. La revancha sólo se dará en una hipotética final.
Albiazules y auriazules convivieron en paz. El futbol y la diversión reinó en el BBVA.