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11, agosto 2017 - 8:06

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SI bien en 1999 México alcanzó la gloria en la Copa Confederaciones, y en 2005 y 2011 el título de Campeón del Mundo en las categorías Sub-17, la medalla de oro conseguida en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 no tiene comparación.

Es y será por ahora el máximo logro futbolístico en materia de Selecciones Nacionales. Cinco años han pasado y la memoria no engaña, parece que el Himno Nacional Mexicano aún resuena en los tímpanos de las personas que recuerdan cómo México llegó a lo más alto del podio para colgarse la medalla de oro desde la catedral del futbol mundial y frente a un rival de historia, Brasil.

Fue un 11 de agosto de 2012 cuando el futbol mexicano olímpico hizo historia al coronarse por primera vez en unos Juegos Olímpicos de la mano de un combinado que no tuvo miedo y se amparó por los refuerzos, Oribe Peralta, Jesús Corona y Carlos Salcido, que se unieron con elementos que hoy en día son una realidad del futbol mexicano.

El atacante Oribe Peralta salió inspirado para que el Tricolor, dirigido por Luis Fernando Tena, derrotara 2-1 a Brasil en la final del torneo de la cita de Londres 2012 en el emblemático estadio de Wembley.

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Aquellos jugadores como Marco Fabián, Carlos Salcido, Héctor Herrera o Jesús Corona, pusieron el nombre de México en alto en la esfera deportiva al superar a uno de los equipos considerados como favoritos, pero que con base en entrega y disposición de hacer un buen futbol, consiguieron el triunfo histórico.

Un escenario sinigual con gradas vestidas de verde, el cuadro del “Flaco” Tena planteó un juego ofensivo. Apenas a los 28 segundos el entonces jugador del Santos, Oribe Peralta, puso el primer sello tras un disparo fuera del área.

Tras esa anotación, México pareció confiarse, mientras que Brasil presionó hasta generar el mayor número de oportunidades a la meta de Jesús Corona. Marco Fabián también estuvo motivado y sin achicarse ante un rival de tradición ganadora, generó serias aproximaciones hasta que en el segundo tiempo, de nuevo Oribe Peralta de cabeza anidó el balón al arco de Gabriel.

La hazaña estaba consumada y sólo era cuestión de esperar el final. Casi en el último minuto, Brasil logró la anotación, pero ya sin tiempo para igualar o ganar el juego. México pasó a la historia con este triunfo olímpico.

Brasil presentó un cuadro que se presumía estaba para campeón. En sus filas estaba Neymar, quien fue borrado de la cancha.

De esta manera el futbol mexicano consiguió el histórico resultado, un logro inaudito gracias a que el equipo de Tena llegó sin presiones, disfrutó el torneo, dio cuenta de cada uno de sus rivales sin importar la jerarquía, se dispusieron a jugar y no pusieron límites a la mera hora de contender, fueron paso a paso, no prometieron de más y al final cumplieron con el cometido.

 

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