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11, noviembre 2015 - 9:40

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CORTESÍA DE BETTY FERNÁNDEZ / FOTOS: ÓSCAR RAMÍREZ

ANOCHE, como parte de la celebración por cumplir 55 años de que hizo su debut en México, Plácido Domingo ofreció un espectacular y emotivo concierto en el Auditorio Nacional, donde miles y miles de personas que aprecian el arte y la privilegiada voz del gran tenor arribaron al lugar para ocupar sus butacas y esperar con cierta inquietud a que la Orquesta Sinfónica de Minería, con la excelsa dirección del pianista estadounidense Eugene Kohn, dieran la nota de inicio.
Así entre aplausos y “bravos”, se presentó Plácido, quien ante el recibimiento del público, no pudo evitar que lágrimas de emoción rodaran por sus mejillas.
Acto seguido, la Orquesta Sinfónica de Minería le acompañó para que interpretara “Perfidi!.. Pietà, rispetto, amore”, de Giuseppe Verdi, como primera pieza. Al finalizar la interpretación, los asistentes rompieron en aplausos y más “bravos”.
Posteriormente la soprano invitada María Katzarava interpretó la composición de Alfredo Catalani “Ebben? Ne andró lontana”.
Las voces se conjugaron entonces para hacer vibrar los más íntimos sentidos, deleitando los oídos del corazón pues hasta ahí llegaban los tonos perfectos de la soprano y el tenor, quienes parecieran uno solo en el fragmento de “La Traviata”, de Verdi también, “Pura siccome un angelo”.
El también director de orquesta lució inmejorable tras la cirugía de la vesícula biliar que le practicaron en Nueva York, por lo que en las interpretaciones de “Meddley” -the sound of music -, “La calle donde vives” y “I Could have Danced All Night” -my Fair Lady-, “Tonight” y “Aquellos ojos verdes”, don Plácido Domingo hizo gala de su bellísima voz, por tanto la mancuerna con María Katzarava y el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Minería, resultó fantástica, rebasando con ello las exigencias del más conocedor del género.
Manos posadas en la barbilla, manos entrelazadas, manos en el pecho como queriendo detener los latidos emocionados y un enorme silencio que proyectaba respeto hacia los intérpretes que se entregaban en el escenario en cada fragmento dramáticamente romántico, aplausos y miradas embelesadas en el vaivén de la fina danza de Plácido Domingo y María Katzarava.
“Sabor a mí” fue el tema con el que Plácido presentó a su hijo, quien hizo su debut artístico y del cual dijo “tiene un fraseo y le van a oír”. Plácido Jr. agregó: “Si no me echan les cantaré ‘aquellos ojos verdes’; el tenor le dejó en el escenario y el debutante comenzó a cantar la creación de Álvaro Carrillo con arreglos más movidos.
Ya antes el también productor había mencionado lo orgulloso que se sentía de su hijo y de la oportunidad que tiene de cantar junto a él en esta fecha tan importante. Sin embargo esta noche transmitió a su público el orgullo y la emoción real de ser él quien presentara a Plácido Domingo Jr.
Después regresó para ofrecer junto a Katzarava fragmentos de “Luisa Fernanda”, recibiendo grandes aplausos como señal al tenor del enorme cariño que él ha sembrado en estos 55 años de carrera en México.