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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

10, diciembre 2024 - 6:00

Yo no lo hubiera marcado

Vaya que resultó polémica la semifinal de vuelta, celebrada en el Estadio de la Ciudad de los Deportes, disputada entre la Máquina Celeste de Cruz Azul y Las Águilas del América.

Desde antes de que comenzara la gran fiesta del balompié mexicano, los que saben de futbol ya proclamaban campeones a los de La Noria, con eso de que realizaron una gran campaña, rompiendo la marca de puntos obtenidos, siendo la mejor ofensiva y el equipo menos goleado; pero, olvidando por un lado que, los partidos hay que jugarlos y por el otro que, usualmente terminan “cruzazuleandola” tal y como finalmente ocurrió.

Del mismo modo, algunos ya daban por muertos a los de Coapa, con eso de que tuvieron un torneo bastante irregular y de que entraron de panzazo “Play in” de por medio. Sin embargo se les olvido que los azulcrema son un animal de liguilla y que poseen un ADN ganador que los tiene listos para intentar el inédito tricampeonato.

Muchos afirman que se trató de “un partidazo”, lamento poner la nota discordante. En mi opinión el primer tiempo fue soporífero y el duelo contó con un final trepidante lleno de emociones; pero, de ahí a que haya sido un gran encuentro de futbol, hay un abismo, “con qué poquito pinole les da tos”.

Como ya viene siendo una insana costumbre, en México se habla más del arbitraje que de lo que sucede en el terreno de juego desde el punto de vista balompédico y esta vez no fue la excepción.
Adonai Escobedo fue el colegiado encargado de dirigir las acciones con la ocarina, en lo que me pareció una designación poco acertada; digo, siempre que le “pita” al América, “el diablo mete la cola” y algo tiene que pasar.

Los cementeros afirman que “fue un robo” protagonizado por los de negro ¡Quiero creerles! Digo, si el equipo adversario dispara únicamente tres veces al marco y en todas te anota un gol, algo malo debe de estar pasando con tu oncena. Y así ocurrió, tres llegadas del América y para adentro los tres.

Jugando a medio gas, especulando y metiendo el acelerador cuando ya tenían, prácticamente, perdido el encuentro, tuvieron una reacción sensacional. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, les sacaron de la bolsa el triunfo, cuando ya se sentían en la final y agonizaba el partido, mediante un polémico penal que … yo no lo hubiera marcado.