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Hablillas. José Ángel Parra
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José Ángel Parra

22, diciembre 2025 - 6:00

VOLVER A NACER

Tan solo imagina cómo es… ¿Alcanzas a verlo? Entre letra y letra, recuérdalo. Esfuérzate. Distingue el tono de su voz. ¿No escuchas su prédica? Siente lo que dice. ¿Hay lógica en aquello que pregona? ¿Qué te dicta la conciencia? Porque él te cuestiona: “¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?”. Atiende los latidos de tu corazón.

Hoy, como ayer, es la misma filosofía, porque las leyes eternas son inmutables. Somos nosotros quienes dudamos, porque de pronto titubeamos. Somos incrédulos. “Ni aún viendo creeréis”, nos decía con justeza. Y es que es así. La tecnología actual no basta para ayudar a comprender y sustentar las enseñanzas que parecen tan sencillas cuando las escuchas de quien las predica, mas no son suficientes ante la ignorancia que nos abruma.

Porque siempre interpretamos las cosas al revés, muchas veces a conveniencia. Y así no son las cosas. Se requiere libertad de pensamiento, sin prejuicios ni dogmas que provocan inútiles candados a la mente y luego se los queremos atribuir al Divino Maestro, sin darnos cuenta que él jamás nos enseñó esos despropósitos, innegables sólo para quienes los inventaron e impusieron de acuerdo con sus limitaciones.

“¿Hasta cuándo el hombre comprenderá que es preciso amar a sus hermanos como a ellos mismos, pues sólo así de ellos será el reino de los cielos?”, cuestionaba en cierta ocasión. “Pues en verdad en verdad te digo que el espíritu es uno, que no tiene patria, puesto que su patria es la casa de mi Padre; que nadie es más que otro, sino sólo aquél que ha hecho la voluntad de Él. Que el que hoy es de aquí, mañana de allá será; que el que hoy es hombre, mañana será mujer. Entiende bien estas cosas para que queden bien explicadas y no haya confusión en ellas”, repasaba. Pero aún hoy desechamos estos conceptos básicos que con el correr de las edades se muestran nítidos delante nuestro. ¿Cómo le vamos a hacer, entonces, cuando se agoten los últimos e inservibles dogmas de las religiones? ¿A quién le vamos a creer esta vez? Esperemos que, ahora sí, a quien está por nacer, otra vez, en ti.

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